Según se expondrá en la mesa 'El papel del internista ante el cambio climático: Salud y medioambiente' en el marco del 42º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), que tendrá lugar este miércoles 24 de noviembre, la contaminación medioambiental supone ya un importante factor de riesgo para el «desarrollo o exarcebación de múltiples patologías respiratorias y cardiometabólicas». En este sentido, los profesiones apuntan a que esto se relación «con hasta el 30 por ciento de muertes por enfermedad cardiovascular», además de perjudicar a salud de los pacientes más vulnerables (con EPOC, cáncer de pulmón, etc.) y de causar daño a nivel sistémico de las personas, tanto las más vulnerables como las sanas.
La mesa estará moderada por la doctora Arántzazu Álvarez de Arcaya, internista miembro de SEMI y coordinadora de Medicina Hospitalista del Hospital Clínico San Carlos, y por el doctor Francisco Pérez Jiménez, médico internista e investigador del IMIBIC, y contará con la participación de la doctora María Neira, del Departamento de 'Public Health, Environmental and Social Determinants' de la OMS y de la doctora Cristina Linares, de la Escuela Nacional de Salud Pública-Instituto de Salud Carlos III de Madrid. «En relación al cambio climático se sabe que el aumento de temperatura ambiental provoca adaptaciones de la propia fisiología, por ejemplo, al calor y favorece la aparición de nuevas amenazas externas, como es la aparición de mosquitos, vectores de enfermedades, que acarrean enfermedades desconocidas hasta ese momento en determinadas poblaciones», ha explicado Álvarez de Arcaya.
Por otro lado, la SEMI recoge el informe Lancet Countdown 2021 que indica que todas las regiones del mundo se ven afectadas por el cambio climático y su impacto en la salud está empeorando en comparación con décadas pasadas. El calor extremo, la idoneidad ambiental y la transmisión de enfermedades infecciosas es ya un fenómeno global. «Las olas de calor afectan directamente a la población más vulnerable, los mayores de 65 años y los menores de 1 año, en países con IDH alto, medio y bajo, aunque no se conoce bien el número de personas que mueren prematuramente por el calor extremo», ha insistido Álvarez de Arcaya.
Contaminación atmosférica
Dentro de los cambios ambientales hay algunos que son producto de un crecimiento tecnológico intensivo y descontrolado, que es amenazante para la salud directamente y, a largo plazo, para el entorno, favoreciendo el calentamiento global y el cambio climático. «Un ejemplo es el de la contaminación atmosférica, que afecta a más del 90% de la población mundial, con la presencia en el aire de partículas de distinto tamaño, con efectos lesivos que repercuten tanto en el sistema respiratorio como en el resto del organismo», ha asegurado el doctor Pérez Jiménez. Además, ha añadido que, en la actualidad, se ha demostrado que la contribución de dicho incremento polucional a la mortalidad global, es superior a seis millones de muertes anuales, similar a la del tabaco y superior al Sida, Tuberculosis o Malaria. «El internista por su condición de profesional clínico global, se sitúa en una posición de alta responsabilidad para influir, aminorar y prevenir el impacto negativo del cambio climático sobre su población de referencia», ha defendido Jiménez. En la misma línea, se ha expresado Álvarez de Arcaya, quien ha considerado que el profesional internista tienen que asumir el liderazgo para la concienciación de la ciudadanía sobre la importancia de preservar la salud cuidando el entorno.
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