En este sentido, Sánchez ha defendido que los objetivos de la senda de estabilidad presupuestaria aprobada por el Gobierno están «bien marcados» y que el objetivo es estabilizar «social, política y económicamente» a España, así como «reconstruir el Estado de bienestar, consolidar el crecimiento del empleo digno».
En este sentido, ha advertido de que los grupos que no voten a favor de la senda «estarán votando en contra de reconstruir el Estado de bienestar, recuperar la Sanidad, avanzar en Educación, reavivar el sistema de dependencia y reactivar los servicios sociales».
Por ello, ha apelado a la «responsabilidad» de todos los grupos parlamentarios, y «al primero y ante todo» al PP, del que ha recordado que gobierna en varias CCAA y muchos ayuntamientos y ha apuntado que tendrá que explicar su «interés partidista» si vota en contra de una senda que da mayor capacidad financiera a los entes territoriales.
«No deja de resultar paradójico que la cámara territorial (el Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta) rechace o vete una mayor capacidad de financiación de los ayuntamientos. Si eso pasa sería por un interés exclusivamente partidario y no territorial», ha apostillado.
A partir de ahí, Sánchez ha afirmado que el Gobierno asumirá su responsabilidad de plantear unos Presupuestos para 2019. «Lo vamos a hacer con esta senda o con la anterior», ha aseverado.
En todo caso, ha defendido que la senda planteada por el Gobierno es «coherente» con la realidad económica y con las previsiones de los organismos internacionales, especialmente de la UE, respecto a las desviaciones de déficit y de deuda, además de ser «coherente» con la realidad social, que refleja que hay «mucha desigualdad» y se han producido recortes en el Estado de bienestar en los últimos años.
Según Sánchez, el Ejecutivo plantea sanear las cuentas públicas «consolidando el déficit público, con justicia social, redistribuyendo el crecimiento y consolidando derechos recortados en los últimos años».
La nueva senda presupuestaria del Ejecutivo socialista contempla un déficit del 1,8% para 2019, distribuido entre el Estado (0,4%), comunidades autónomas (0,3%) y la Seguridad Social (1,1%); mientras que para 2020 augura un desajuste del 1,1% del PIB, procedente de una décima del Estado, otra de las CCAA y nueve décimas de la Seguridad Social.
Para 2021 solo contempla cuatro décimas de déficit público, en su totalidad procedentes de la Seguridad Social, ya que el resto de administraciones presentarán estabilidad presupuestaria y superávits. De hecho, las corporaciones locales registrarán superávits en todos los ejercicios.
El presidente del Gobierno ha señalado que las cinco décimas de la senda de estabilidad de más para 2019, solo una es para la Administración Central, que ha hecho un «esfuerzo de solidaridad y responsabilidad con las administraciones territoriales"; otras dos décimas para la Seguridad Social y otras dos para las CCAA, con un margen de 2.400 millones para las regiones.
1 comentario
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Claro este sin sonrisa, después de este golpe de estado "soft" con ayuda de los enemigos de la democracia plural, quiere mantenerse en la poltrona lo máximo tiempo posible hasta que le echen por vía democrática y luego esto que me he llevado