La trabajadora sanitaria navarra, miembro de la oenegé Médicos sin Fronteras (MSF), está bajo observación pero sin aislamiento en la sexta planta del citado centro, habilitada para atender casos de este virus.
La médico llegó al hospital Carlos III a las once menos cuarto de la mañana del viernes, procedente de la base aérea de Torrejón tras ser repatriada desde Mali, donde se pinchó accidentalmente con una aguja que había estado en contacto con material contaminado por ébola.
Fuentes sanitarias han explicado que la cooperante no será sometida a los test para conocer si se ha infectado de ébola mientras no presente los síntomas propios de la enfermedad, como ha ocurrido hasta el momento.
En la actual situación, la profesional sanitaria no es una paciente, porque no está enferma (no presenta fiebre, por ejemplo), sino un contacto de alto riesgo en observación.
Desde Médicos sin Fronteras han indicado a Efe que no hay ninguna novedad que reportar sobre su compañera en la jornada de hoy.
La cooperante permanecerá durante 21 días en observación en el hospital Carlos III y en el caso de haber contraído la enfermedad, según ha indicado el Ministerio de Sanidad, dispondrá de todas las alternativas terapéuticas experimentales que se están utilizando en todo el mundo -vacuna experimental, antivirales y plasma-.
La segunda jornada de ingreso de la cooperante coincide con el término del periodo de vigilancia al que estaban sometidos los sanitarios del hospital La Paz-Carlos III de Madrid que atendieron a la auxiliar de enfermería Teresa Romero, más de un centenar de médicos y enfermeros que no han desarrollado el ébola.
Durante los casi 30 días que permaneció ingresada en el Carlos III antes de recibir el alta, la mayoría de ellos con medidas estrictas de aislamiento para evitar contagios, Romero fue atendida por más de cien personas entre médicos, enfermeros, auxiliares, celadores y limpiadoras.
Todos ellos han sido o están siendo vigilados por el Servicio de Prevención de Riesgos del hospital; es decir, se les ha llamado dos veces diariamente para preguntarles si tenían fiebre -37,7 grados- o si se encontraban mal, medida que se mantiene durante los 21 días que se considera el período máximo de incubación del virus.
En el caso del equipo asistencial, la cuarentena comenzó a contar tras el último contacto que cada cual tuvo con la paciente hasta el 1 de noviembre, día en el que los análisis determinaron que todos los fluidos de Romero estaban libre de virus y por tanto ya no había riesgo de contagio, por lo que se levantó el aislamiento.
Los controles para el personal sanitario que entró a hacer la limpieza de la habitación de Romero concluyen el próximo martes, día 25, y para el personal de la empresa de biodescontaminación el miércoles.
No obstante, España no estará oficialmente libre de ébola hasta que pasen 42 días después de la curación o fallecimiento del último enfermo en el país, de acuerdo con el criterio de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por tanto, para llegar a esta conclusión antes habrá que esperar a saber si la cooperante navarra trasladada ayer desde Mali ha contraído el virus.
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