Así lo han asegurado el portavoz del Grupo Socialista, José Antonio Alonso, y la portavoz del Grupo Popular, Soraya Sáenz de Santamaría, durante el Pleno extraordinario celebrado en el Congreso con motivo de la toma en consideración de la proposición de reforma de la Carta Magna para incorporar la estabilidad presupuestaria en el artículo 135.
Ambos portavoces, que no han hecho ninguna mención en su primer turno a las voces que piden un referéndum, han coincidido en defender las bondades de este acuerdo, que será sometido a votación por el Pleno de la Cámara Baja el próximo viernes, antes de pasar al Senado.
PSOE: NO IMPLICA RECORTES SOCIALES
En su intervención, Alonso ha recordado ante la Cámara las «altísimas tensiones» en los mercados financieros vividas este verano, con un impacto directo sobre el coste financiero de la deuda soberana, que ha llegado a superar los 400 puntos en agosto. Según ha dicho, «en otoño la situación puede agravarse».
«Se trata de una situación insostenible si se prolongara en el tiempo porque pondría en riesgo las políticas sociales del Estado del Bienestar», ha advertido, para defender «acabar ya mismo sin dilación» con este «problema» mediante la decisión de llevar a la Carta Magna el principio de estabilidad presupuestaria.
Tras señalar los elevados tipos de interés que está pagando España, ha dicho que «no hay mejor manera de despejar incertidumbres que elevando a mandato constitucional el principio de estabilidad presupuestaria». «Somos un país cumplidor en el pago de nuestras deudas y no debe haber ninguna duda al respecto», ha dicho.
Alonso, que ha mencionado desde la tribuna las tesis del candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha querido dejar claro que esta reforma constitucional no supone «para nada» recortes del gasto social y persigue «preservar de modo inquebrantable el nivel de conquistas sociales» por las que tanto han luchado los socialistas lo largo de la historia y que han mantenido en la actual crisis.
«No nos podemos permitir deber en exceso porque si ello ocurre tendremos que trabajar para pagar los intereses y no tendremos recursos para hacer lo que es propio de los socialistas: mejoras progresivas y solidarias en el conjunto de los servicios sociales, que son esenciales para las personas, para todas y especialmente para las más desfavorecidas», ha aseverado.
El dirigente socialista ha explicado que han sido «especialmente cuidadosos» porque han propuesto un déficit estructural en relación con el PIB y no una referencia al déficit corriente año a año, un supuesto que sí «obligaría a reducir el gasto» y «agravaría la situación actual».
Tras indicar que «el problema» de España es el gran endeudamiento privado derivado de la burbuja inmobiliaria, ha destacado que «es necesario estabilizar el sistema financiero para que vuelva a fluir el crédito a familias y empresas y, con ello, la inversión y el consumo privado». Estas razones, ha proseguido, «justifican la necesidad de la reforma», que tiene como objetivo clave «llevar el principio de estabilidad en la Constitución para fortalecer la confianza».
PP: UNA REFORMA «NECESARIA Y OPORTUNA»
En su turno, Sáenz de Santamaría ha afirmado que la reforma es «necesaria» porque la experiencia de los últimos tres años y la convulsión de las últimas semanas han puesto de manifiesto que los desequilibrios presupuestarios «son riesgos inasumibles para el bienestar social».
También ha dicho que es una reforma «oportuna» porque traslada que España es un país que «confía en sí mismo y en el que los demás pueden confiar». Es más, ha dicho que «devuelve un papel de liderazgo en una gobernanza económica seria y exigente», así como una «contribución de primer orden a la estabilidad de la Unión Monetaria y Económica».
La portavoz del PP ha destacado que este pacto es «un ejercicio de responsabilidad» porque los dos grandes partidos «aparcan sus diferencias para presentar juntos una misma convicción: que la estabilidad presupuestaria forma parte del interés general, por encima de otras consideraciones».
Como su homólogo socialista, ha asegurado que garantiza el Estado del Bienestar porque «nada lo pone más en peligro y amenaza las conquistas sociales como unas cuentas públicas insostenibles». También ha indicado que esta reforma es el primer paso para devolver la confianza a la economía española y «un paso decisivo» para reforzar la confianza en las instituciones.
«Cuando las administraciones se endeudan en exceso y viven por encima de sus posibilidades, generan una cascada de desequilibrios sobre el conjunto de la economía», ha manifestado, para añadir que el objetivo de la reforma acordada es «hacer de la austeridad una obligación política de todos los poderes públicos».
La portavoz parlamentaria del PP ha querido concluir su discurso haciendo un llamamiento al consenso a las demás fuerzas políticas alegando que «no es bueno gastar más de lo que se ingresa» y porque sin estabilidad presupuestaria no se volverá «a crecer ni a crear empleo».
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