El BCE informó hoy de que la semana pasada intervino de nuevo en el mercado secundario de deuda pública de la zona del euro, tras no haberlo hecho durante diecinueve semanas consecutivas, desde finales de marzo.
Como es habitual, la entidad monetaria europea no ha especificado los países de los que ha adquirido la deuda pero informó el 7 de agosto de que iba a proceder a adquirir bonos de España e Italia tras los ataques especulativos.
Según algunos operadores de los mercados, el BCE compró la semana pasada deuda de España e Italia y el 4 y 5 de agosto bonos soberanos de Portugal e Irlanda.
Hasta ahora el BCE ha adquirido deuda pública de la zona del euro por valor de 96.000 millones de euros (74.000 millones de euros la semana anterior).
La cantidad semanal más alta de deuda adquirida hasta ahora fue de 16.500 millones de euros, en mayo de 2010, cuando los mercados penalizaban a Grecia.
El 4 de agosto el consejo de gobierno del BCE decidió mantener el programa de compra de deuda pública para ayudar a los países que atraviesan dificultades de financiación pese a la oposición del presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, y el economista jefe del BCE, el también alemán Jürgen Stark.
Los gobernadores de los bancos centrales de Holanda, Luxemburgo y Finlandia también se opusieron, tanto a la compra de deuda de Portugal e Irlanda como a la de España e Italia, según algunos medios de comunicación.
Los representantes de Alemania en el consejo de gobierno del BCE consideran que con la compra de deuda la entidad monetaria asume funciones de política fiscal que no le corresponden y además alienta el riesgo de que suba la inflación.
El BCE ha sido muy criticado por adquirir deuda soberana de España e Italia desde el lunes de la semana pasada, si bien esta intervención ha tenido éxito y ha contribuido a bajar la rentabilidad de los bonos a diez años de España e Italia.
Actualmente, el BCE es la única institución europea capaz de comprar deuda soberana de países con dificultades y garantizar su solvencia.
El interés de los bonos españoles a diez años bajaba hoy al 4,97 % y el de los bonos italianos al 4,89 % tras haber superado el 6 % en ambos casos en julio y comienzos de agosto, hasta que el BCE comenzara a intervenir.
La rentabilidad del Bund (bono alemán a 10 años) se situaba en el 2,33 %.
Esta caída también se debe a que Italia, cuyo volumen de emisión de deuda soberana es mayor que el de España, no emite deuda en las vacaciones de verano, según el economista jefe de Commerzbank, Jörg Krämer.
Italia volverá al mercado de capital a finales de agosto para emitir entre 15.000 y 20.000 millones de euros cada mes.
Entonces será el momento de la verdad, ya que si no consigue inversores conservadores extranjeros -a los que ha vendido hasta ahora la mitad de sus bonos los últimos años- el país se declarará insolvente sin apoyo exterior, lo que sería catastrófico para la economía mundial, añade Krämer.
Para evitarlo, una opción sería incrementar el volumen de préstamo de la Facilidad Europea de Estabilización Financiera (FEEF) hasta 700.000 millones de euros, frente a los 440.000 millones a los que se amplió en junio, pero que todavía deben recibir la aprobación parlamentaria.
Puede tardar semanas o meses hasta que el fondo de rescate sea operacional para un país del tamaño de Italia.
«Mientras tanto el BCE es la única institución europea capaz de comprar deuda soberana de Italia y salvaguardar la solvencia del país», dijo Krämer.
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