El asesinato de Sara Sharif, la niña de 10 años que fue torturada hasta la muerte por parte de su padre y su madrastras mientras su tío se encontraba en la casa sin hacer nada, quedó zanjado este lunes en los tribunales de Londres.
Según ha recogido La Vanguardia, el Old Bailey, tribunal penal de Londres, encontró culpables de asesinato a Urfan Sharif, de 43 años, su esposa Beinash Batool, de 30 años, y su hermano Faisal Malik, de 29 años, que vivían juntos en la casa de Woking donde la pequeña Sara fue hallada muerta. La autopsia indicó cientos de heridas internas y externas, así como quemaduras y laceraciones acumuladas durante un largo periodo, sin determinar cuál de ellas fue la que causó eventualmente la muerte de la niña.
El día que la policía encontró el cuerpo sin vida de Sara, el padre y la madrastra, junto con los cinco hijos que tienen en común y el tío Malik, cogieron un avión rumbo a Pakistán, su país de origen. Más tarde, la policía paquistaní, tras ser alertada por la Interpol, buscó a los asesinos por todo el país hasta encontrarlos en la ciudad de Jhelum en septiembre del año pasado. Los cinco hijos fueron entregados a los servicios sociales, mientras que Sharif, Batool y Malik regresaron voluntariamente a Reino Unido, donde fueron detenidos nada más aterrizar el avión.
Tras el juicio, que ha tenido una duración de 10 semanas, el juez dictaminó las condenas de cada uno de los procesados. La madrastra ha sido condenada a 33 años de cárcel por ser cómplice de asesinato, el tío ha recibido una pena de 16 años por permitir la muerte de la pequeña y el padre ha sido condenado a 40 años de prisión por ser el autor material del asesinato.
Sara Sharif ha sido enterrada en Polonia, donde vive su madre biológica.
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