El incidente se produjo en la noche del 2 al 3 de julio en un vuelo que había despegado del balneario turco Bodrum con destino a la ciudad escocesa de Glasgow. Una fuente policial explicó a EFE que el comportamiento agresivo de uno de los pasajeros, un ciudadano británico de 29 años, fue evaluado como una amenaza para la seguridad del vuelo y para el resto de las personas que iban en el avión.
Los pilotos decidieron aterrizar en Sofía, donde el individuo fue detenido poco antes de la medianoche del pasado domingo "por un equipo policial que subió a bordo« del aparato y comprobó su comportamiento »agresivo y no adecuado", precisó la fuente.
Añadió que al bajar las escaleras del avión el detenido se golpeó la cabeza, razón por la que fue trasladado a un hospital de la capital búlgara, mientras que el avión prosiguió su viaje a Glasgow.
Según la misma fuente, el piloto de la aeronave había declarado que el británico intentó en cierto momento «entrar en la cabina de los pilotos» mientras gritaba. El diario británico The Daily Mail había informado previamente del incidente en base a declaraciones de otros pasajeros sobre que el individuo parecía en estado de embriaguez, y que ya diez minutos después del despegue intentó abrir una puerta del avión. Según esos testimonios, otras personas lo contuvieron y tuvieron que mantenerlo controlado hasta el aterrizaje en Sofía.
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