Merkel, en una videoconferencia con Macron. | Reuters

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, han propuesto este lunes la puesta en marcha de un fondo de recuperación de la economía europea de 500.000 millones de euros destinado a los países y los sectores más golpeados por la pandemia de Covid-19 a través únicamente de transferencias presupuestarias.

Así lo han anunciado los dos mandatarios europeos en una rueda de prensa tras una videoconferencia que han mantenido con el objetivo de anunciar después una iniciativa conjunta para el plan de relanzamiento económico de la UE tras la crisis.

«Queremos un fondo que estará limitado en el tiempo de 500.000 millones de euros, no se trataría de créditos sino de gastos presupuestarios destinados a los sectores y regiones más golpeados por la Covid-19», ha subrayado Merkel. «Es necesario un esfuerzo colosal y Francia y Alemania están dispuestos a hacerlo», ha señalado.

«La crisis que vivimos es inédita y requiere y nos impone una respuesta que, para ser eficaz, debe ser colectiva y, en primer lugar, europea». «El virus no conoce fronteras y ha golpeado a toda Europa», ha expresado posteriormente Macron.
La propuesta franco-alemana para crear un fondo de 500.000 millones de euros se queda

lejos del plan de alrededor de 1,5 billones que planteaban la Comisión Europea o España, pero París y Berlín proponen que sea dirigido a las capitales a través de subvenciones a fondo perdido y no incluye préstamos a devolver, algo que sí contempla Bruselas.

El planteamiento de Merkel y Macron al resto de los socios comunitarios recoge también la emisión de deuda europea por parte de la Comisión Europea. El dinero captado en los mercados se trasferiría a los Estados miembros a través del presupuesto de la UE (MFF, por sus siglas en inglés) con un especial énfasis en acelerar las transiciones ecológica y digital.

La jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, ha celebrado la propuesta franco-alemana, que «reconoce el alcance y el tamaño del desafío económico al que se enfrenta Europa y pone el énfasis en la necesidad de trabajar en una solución con el presupuesto europeo en su núcleo». «Va en la dirección de la propuesta en la que trabaja la Comisión», ha indicado.

Por su parte, el presidente del Consejo europeo, Charles Michel, ha apuntado que se trata de «un paso en la buena dirección», pero ha recordado que «para alcanzar un acuerdo los 27 Estados miembros deben estar de acuerdo». «Pido a los 27 que trabajan en un espíritu de compromiso tan pronto como la Comisión presente su propuesta», ha añadido el belga en Twitter.

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El planteamiento franco-alemán ha quedado fijado en un documento conjunto en el que París y Berlín remarcan que el fondo de reconstrucción debe «reforzar la resiliencia, la convergencia y la competitividad» de las economías europeas a través de inversiones centradas, principalmente, en las transiciones ecológica y digital.

Con respecto a la primera, Merkel y Macron remarcan que el Pacto Verde Europeo es la «nueva estrategia de crecimiento de la UE, que a su vez debe elevar sus objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para 2030.
El bloque también debe «acelerar la transformación digital» sobre todo a través del despliegue de la red 5G, inversiones en infraestructuras y tecnologías de ciberseguridad, la «gestión de la identidad digital» o la creación de un marco «favorable a la inteligencia artificial».

En la misma línea, Merkel y Macron abogan por establecer en el bloque europeo un sistema de impuestos «justo» a las multinacionales digitales que complete una base imponible «mínima y efectiva» del impuesto de sociedades.

Además, los dos mandatarios han enfatizado la urgencia de que la UE refuerce su estrategia industrial y fomente la creación de «campeones» en los distintos ámbitos industriales que puedan competir con multinacionales extranjeras.

Mas allá de los aspectos económicos, el documento conjunto de Berlín y París enfatizan que la respuesta de la UE tanto a la crisis sanitaria actual como a «futuras» emergencia debe apoyarse en una nueva «soberanía sanitaria estratégica» del bloque que «reduzca la dependencia» del exterior, por ejemplo, en la producción de medicamentos.

En consecuencia, abogan por aumentar la capacidad de inversión en I+D relacionado con el desarrollo de vacunas y tratamientos, así como por mejorar la coordinación entre los Estados miembros para acudir a los mercados de estos productos a través de compras conjuntas «para hablar con una sola voz a la industria farmacéutica y garantizar un acceso europeo y mundial más eficaz».

En la misma línea, piden crear «reservas estratégicas comunes» de productos farmacéuticos o de protección y «desarrollar las capacidades de producción» de los mismos dentro de la Unión Europea.

Por último, reclaman un grupo de expertos enmarcado en el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) que se encargue de elaborar planes de prevención y de respuesta ante futuras epidemias y definir normas europeas sobre la gestión de datos sanitarios, para que en el futuro puedan darse datos y estadísticas comparables.