Así lo han anunciado el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en una declaración conjunta ante los medios de comunicación que no estaba prevista antes de que comenzaran su reunión en la Casa Blanca, que ha durado aproximadamente dos horas y media.
«Hoy es un gran día», ha celebrado el presidente norteamericano. «Cuando fui invitado por el presidente (Trump) a la Casa Blanca tenía la intención de conseguir un acuerdo, y hoy hemos conseguido un acuerdo», ha manifestado Juncker.
Bruselas y Washington han pactado un comunicado conjunto en el que anuncian la apertura de una «nueva fase» de sus relaciones basada en una «amistad cercana» y en una postura comercial «fuerte» en la que «las dos partes van a ganar».
La declaración incluye un acuerdo de cuatro puntos en los que la UE y Estados Unidos comenzarán a trabajar a partir de ahora. Durante este tiempo, ha explicado el jefe del Ejecutivo comunitario, ambas partes han prometido no aplicar nuevos aranceles y «revisar» los ya existentes sobre el acero y aluminio.
El primero de los compromisos es trabajar para conseguir un escenario de «cero aranceles, cero barreras no arancelarias y cero subsidios» en productos industriales distintos a los automóviles. La UE y Estados Unidos también se han comprometido a reducir las barreras al comercio de servicios, de productos químicos, farmacéuticos y médicos y de soja. «La UE va a empezar casi de inmediato a comprar soja», ha asegurado Trump.
En segundo lugar, las dos potencias han pactado reforzar su cooperación en materia energética. En este capítulo, Bruselas ha mostrado su disposición a incrementar las importaciones de gas natural licuado (GNL) procedente de Estados Unidos para diversificar sus fuentes de energía.
El tercer punto del acuerdo incluye el compromiso de lanzar un diálogo sobre «estándares» para facilitar el comercio, reducir los obstáculos burocráticos y recortar los costes.
Por último, Bruselas y Washington se han comprometido a «unir fuerzas» para proteger a sus empresas de «prácticas comerciales desleales» en todo el mundo. «Por tanto trabajaremos junto con otros socios para reformar la OMC (Organización Mundial del Comercio) y atajar prácticas injustas, como el robo de propiedad intelectual, la transferencia obligada de tecnología, los subsidios industriales, las distorsiones creadas por empresas públicas y la sobrecapacidad», explica el texto.
Trump y Juncker han acordado crear «inmediatamente» un grupo de expertos con «asesores cercanos» para avanzar en la agenda comercial pactada este miércoles, que se encargará de «identificar medidas a corto plazo».
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