Cuatro meses después de las elecciones generales de Alemania, el Partido Socialdemócrata (SPD) decidió hoy entablar negociaciones formales para reeditar la coalición de Gobierno con el bloque conservador de la canciller Angela Merkel y poner fin a un periodo de incertidumbre inédito en el país.
Tras un controvertido y emotivo debate, 362 de los 642 delegados reunidos en un congreso extraordinario en Bonn dieron luz verde para negociar con las Uniones Cristiano Demócrata y Cristiano Social (CDU/CSU)*de Merkel la formación de la que sería la tercera gran coalición que gobierna Alemania, después de las de 2005-2009 y 2013-2017, sobre la base de un preacuerdo obtenido hace una semana.
Un total de 279 representantes votaron en contra, mientras que hubo una abstención.
Las negociaciones comenzarán en los próximos días y podrían cerrarse en febrero. Pero la última palabra la tendrán los más de 440.000 afiliados del partido socialdemócrata, que serán llamados a dar su veredicto sobre el acuerdo formal de coalición que se alcance, como ya ocurrió en 2013. Merkel espera poder comenzar su cuarto mandato consecutivo antes de Semana Santa, a finales de marzo.
Los delegados impidieron así con su voto que el partido cayera en una profunda crisis y pusieron fin a un periodo de incertidumbre inédito en la historia reciente alemana. En caso de ganar el "no", se esperaba la renuncia del presidente de la agrupación, Martin Schulz, e incluso de toda la cúpula partidista.
La decisión supondrá un gran alivio también en la Unión Europea, donde Bruselas y otros socios esperan que un nuevo Gobierno alemán impulse el ambicioso plan de reformas propuesto por el presidente francés, Emmanuel Macron.
Nunca antes llevó tanto tiempo formar Gobierno en Alemania. Merkel, que gobierna la potencia europea de forma ininterrumpida desde 2005, ganó los comicios del 24 de septiembre sin alcanzar la mayoría necesaria para formar gobierno.
La negativa inicial del SPD a sellar una nueva alianza llevó a la canciller a buscar sin éxito un Gobierno tripartito con liberales y verdes.
El presidente federal alemán, Frank Walter Steinmeier, apeló a la responsabilidad del SPD. Merkel, por su parte, hizo gala de sus dotes negociadoras para convencer al SPD y evitar repetir elecciones. En caso de haber ganado el "no", las opciones hubieran sido un Gobierno de minoría de los democristianos o la convocatoria de nuevos comicios.
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