«El pueblo egipcio merece algo mejor que lo que hemos visto en los últimos días. El ciclo de violencia debe detenerse», dijo Obama en una declaración en audio desde la isla de Martha's Vineyard (Massachusetts), donde se encuentra de vacaciones.
«Esta mañana hemos notificado al Gobierno egipcio que cancelamos nuestros ejercicios militares bienales con Egipto que estaban previstos para el próximo mes», indicó.
El mandatario condenó «rotundamente los pasos tomados por el Gobierno interino y las fuerzas de seguridad» para reprimir las protestas, y recordó que la cooperación con Egipto está «en el interés de seguridad nacional» de Estados Unidos.
«Pero la cooperación tradicional no puede continuar como de costumbre cuando se está matando a civiles en las calles y se están coartando los derechos», agregó.
«A continuación, he pedido a mi equipo de seguridad nacional que evalúe las implicaciones de las acciones tomadas por el Gobierno interino y futuros pasos que podamos dar si es necesario respecto a la relación entre Estados Unidos y Egipto», indicó.
Fuentes del Pentágono confirmaron el miércoles a Efe que evaluaban la cancelación de los ejercicios militares, que supone la segunda medida estadounidense ante la inestabilidad en Egipto, tras la suspensión el mes pasado del envío de cuatro aviones caza F-16 al país.
Tras el derrocamiento del presidente Mohamed Mursi el pasado 3 de julio por los militares, Estados Unidos reflexionó durante más de tres semanas sobre si calificar o no lo sucedido como un «golpe», algo que habría forzado a suspender la entrega de unos 1.500 millones de dólares en ayuda al país.
Finalmente, el Departamento de Estado anunció el 26 de julio que no tomaría ninguna decisión al respecto, al considerar que no beneficiaría al «interés nacional» de Estados Unidos cancelar su ayuda al país, destinada en buena parte a fortalecer la frontera con Israel.
Obama subrayó hoy la «complejidad» de la situación que rodeó el derrocamiento de Mursi, que «fue elegido presidente en unas elecciones democráticas, pero su Gobierno no era inclusivo y no respetaba las opiniones de todos los egipcios».
«Sabemos que muchos egipcios, millones de egipcios, quizá incluso una mayoría de egipcios pedían un cambio de rumbo», aseguró.
«Y aunque no creemos que la fuerza sea la forma de resolver las diferencias políticas, tras la intervención de los militares hace una semanas seguía habiendo una oportunidad para la reconciliación y una oportunidad de buscar un camino democrático», añadió.
«En su lugar, hemos visto cómo tomaban un camino más peligroso», apuntó.
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