Rebeldes sirios hacen el signo de la victoria subidos a un tanque en la ciudad de Alepo. | SINAN GUL/ ANADOLU AGENCY

El régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, continuó ayer asediando los feudos opositores en el país y luchando contra los rebeldes en Damasco y Alepo, en medio de la polémica suscitada por el posible uso de armas químicas. Más de 70 personas murieron en ayer en Siria en la ofensiva de las tropas gubernamentales para recuperar el control de los bastiones de la insurgencia, según la oposición.

Los combates entre las fuerzas leales al régimen y los rebeldes del Ejército Libre Sirio (ELS) se centraron en dos barrios de Damasco y Alepo, así como en sus alrededores. Alepo, la segunda ciudad y centro económico del país, fue especialmente castigada con bombardeos de artillería y helicópteros, al tiempo que los enfrentamientos se reprodujeron en barrios como los de Al Sukari y Salahedín.

Bombardeos

El coordinador de la red opositora Sham en Alepo, Mayid Abdulnur, aseguró que los bombardeos cayeron también sobre los barrios de Al Idaa y Bustan al Qasr, así como en zonas aledañas ubicadas al norte y oeste de la ciudad. Entre siete y trece personas murieron, además, en un motín en la Cárcel Central de Alepo, según fuentes opositoras, que detallaron que los guardias de seguridad de la prisión abrieron fuego y lanzaron gases lacrimógenos para reprimir la protesta de los reos.

Mientras, algunas informaciones aseguraban que el opositor CNS estaría dispuesto a forjar un Gobierno de transición que estaría encabezado en un primer momento por un miembro del actual régimen, al igual que ocurriera en Yemen.