Los ríos Nogoa, Fitzroy, Burnett y Condamine, se han desbordado dejando a 22 localidades inundadas o aisladas y ha obligado a evacuar a los 4.000 habitantes de dos poblaciones enteras.
Gillard anunció ayudas económicas para las familias que hayan sufrido daños en sus casas, después de que esta semana dijera que el Gobierno destinará un millón de dólares en ayudas a los afectados por unas «inundaciones sin precedentes».
«Mi preocupación es la gente en unos momentos tan difíciles como este», dijo Gillard en el centro para evacuados de Bundaberg donde el río Burnett ha empezado a bajar y ha dejado al descubierto las enormes tareas de limpieza que quedan por delante.
Personal de los Servicios de Emergencia y coordinadores de situaciones catastróficas ha sido enviado a la zona para relevar a compañeros que llevan una semana trabajando sin descanso, mientras helicópteros del Ejército lanzaban paquetes con comida en poblaciones aisladas por la crecida del agua.
«Ante lo devastadoras que están siendo estas inundaciones, estamos viendo la magnífica respuesta en todos los niveles del Gobierno y el personal de emergencia», dijo Gillard.
«El sentimiento mayoritario es el de resistir y cuidar y preocuparse por los vecinos. Es este sentido de comunidad, este sentimiento australiano en el que en tiempos difíciles trabajamos todos juntos y cuidamos los unos a los otros», añadió la primera ministro.
La jefa de Gobierno del Estado de Queensland, Anna Bligh, dijo que miles de hogares y negocios están anegados y que «aun estamos lejos» de la vuelta a la normalidad.
«Tenemos 22 ciudades o pueblos que están inundados o aislados porque las carreteras han sido cortadas por el agua. Esto representa 200.000 personas y un área mayor que Francia y Alemania juntas», dijo Bligh en declaraciones a la emisora ABC.
«Es sin duda una tragedia de una magnitud sin precedentes», añadió.
En Emerald, en el centro del Estado, sus 1.200 habitantes fueron evacuados anoche y un 80 por ciento de las casas están anegadas después de que el río Nogoa alcanzara los 16 metros.
En Rockhampton, donde hay uno de los tres centros de acogida para los desplazados, las autoridades han tenido que realizar evacuaciones forzadas y se prevé que un gran grupo de ciudadanos se quede sin hogar en las próximas horas.
El río Fitzroy, en esta localidad, podría alcanzar los 9,4 metros en los próximos dos días y la población quedaría aislada por carretera, vía férrea o aire el sábado, afectando unas 4.000 propiedades.
«Estamos ante una situación muy seria. La Policía dará ordenes a la gente de las zonas más afectadas para que abandone sus casas», dijo a la agencia AAP el alcalde de esta población, Brad Carter.
Carter también mostró su preocupación por la escasez de comida en la ciudad donde la mayoría de tiendas ya han vendido todas las existencias de pan, leche y carne fresca.
En Condamine, en el suroeste del Estado, se está planeando la evacuación de la localidad de Surat donde se prevé que el agua alcance su punto más alto la semana próxima.
Días de lluvias torrenciales provocadas por el ciclón Tasha han dejado miles de casas y negocios inundados, campos de cultivos anegados y carreteras cortadas, un desastre que costará varios miles de millones de dólares a las autoridades locales y las compañías de seguros.
El mercado de frutas y verduras en Australia sufrirá las consecuencias de estas riadas, pues las cosechas que no se han visto afectadas por los aguaceros difícilmente podrán ser trasladadas a tiempo desde el campo hasta los puntos de venta.
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