Vista aérea del Golfo de México recogida por los satélites de la NASA. | Efe

EFE-WASHINGTON-LONDRES
Vientos intensos y olas de gran altura amenazaron ayer con frustrar los esfuerzos por impedir que una marea negra de petróleo contamine las costas de Luisiana y desate una catástrofe ecológica no sólo en ese estado sino también en los de Florida y Alabama
El Servicio Meteorológico Nacional pronosticó un aumento de los vientos y de las mareas con olas que empujarán el petróleo al interior de las pequeñas bahías del sudeste de Luisiana.
Tom McKenzie, portavoz del Servicio de Pesca y Vida Salvaje de EEUU, manifestó que es posible que las olas hagan inútiles las barreras flotantes que ya se han instalado a poca distancia de las costas de Luisiana.
Entre tanto, pese a la amenaza de mal tiempo más de 6.000 efectivos y centenares de barcos continuaban ayer instalando las barreras flotantes en las costas de Luisiana que enfrenta la inminencia de un desastre ecológico y en su industria turística y pesquera.
Paralelamente, el gobierno federal intensificó el viernes sus presiones sobre la petrolera British Petroleum (BP) para que aumente sus esfuerzos para poner fin al vertido de crudo y trate de reducir el impacto ambiental.
«Es hora de que BP aumente su movilización en momentos en que la marea negra de crudo avanza hacia las costas», dijo la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, tras hacer un recorrido por la región.
Por su parte, la empresa propietaria de la plataforma, la petrolera británica British Petroleum (BP) está dispuesta a hacerse cargo de todas las reclamaciones «legítimas» por daños que se presenten por el vertido de crudo accidental, según declaraciones del consejero delegado de la compañía, Tony Hayward, que ayer viajó a Estados Unidos para supervisar personalmente las medidas puestas en marcha para solventar la situación.
El Gobierno de EEUU manifestó el viernes su «decepción» porque BP no haya sido capaz de sellar aún el pozo de petróleo causante de la marea negra en el Golfo de México, que empieza a llegar ya a la costa estadounidense de Luisiana, y dijo que exigirá «responsabilidades» a los causantes del desastre.
«No es nuestro accidente, pero tenemos la responsabilidad de limpiarlo. Honraremos las reclamaciones legítimas por daños que presente la gente», afirmó Hayward.