Guillermo Díaz Aliaga: «Dar continuidad al legado de Artiem es un privilegio»

Guillermo Díaz Aliaga ha cogido el relevo de su padre al frente de la hotelera menorquina como director general. Explica que el turismo sostenible no es una opción, sino la única vía de futuro

Relevo generacional en Artiem Hotels en el que José Guillermo Díaz Montañés ha cedido la dirección general a su hijo Guillermo Díaz Aliaga. | CARLES MASCARO

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Artiem Hotels ha dado un paso en su continuidad generacional como empresa familiar en el que José Guillermo Díaz Montañés ha cedido la dirección general a su hijo Guillermo Díaz Aliaga, hasta ahora director comercial y de operaciones.

Guillermo, ¿qué representa para ti este paso?
Un orgullo y un honor, pero, a la vez, una enorme responsabilidad. Mis padres han dedicado los últimos 35 años a este gran proyecto, y ahora es un privilegio poder darle continuidad. Naturalmente, esto conlleva una gran presión por estar a la altura del legado que recibo. Espero conseguirlo…

Pero es un relevo donde tu padre José Guillermo Díaz Montañés, seguirá en la compañía como CEO, ¿no?
Sí, exactamente. Mi labor será la gestión operativa del día a día en Artiem Hotels, mientras que mi padre, se centrará en la estrategia a largo plazo, la visión general y el enfoque de futuro de la compañía. En otras palabras, él marcará el rumbo y yo me ocuparé de que ese camino se haga realidad.

¿Cómo te has preparado?
Mi primer contacto con Artiem Hotels fue en 2004, como monitor de kayak durante tres veranos. Luego estudié Ciencias Empresariales e hice un máster en Gestión Internacional. Mi primera experiencia profesional fue en Ernst & Young como auditor financiero, donde trabajé dos años antes de unirme al programa de formación de directivos de Burger King en Londres. Fueron tres años intensos hasta que en 2015 mis padres me ofrecieron la oportunidad de unirme a la empresa familiar.

¿Entraste como director de Artiem Madrid?
Sí. Me hizo mucha ilusión asumir esa responsabilidad, pero al mismo tiempo, con 27 años y sin haber dirigido antes un hotel, fue un reto enorme.

¿Qué te aconsejaron en aquel momento?
Recuerdo que mis padres me dijeron: trata a los demás como te gustaría que te trataran, escucha, pide consejo si hace falta y sobre todo, aprende.

¿Cómo evolucionó tu papel en la empresa?
Después de dos años en Madrid, en 2017 asumí un rol de dirección regional con la incorporación de Artiem Asturias. Posteriormente, tras la pandemia, pasé a ser director comercial, cuando decidimos separar esta área de la de marketing. En los últimos tres años, he trabajado codo con codo con mi padre en la gestión diaria, lo que me ha permitido acercarme de manera natural a la dirección general.

¿Cuál crees que será el principal desafío al que te enfrentarás?
El sector hotelero está viviendo un momento dulce y hemos aprovechado este entorno para hacer el relevo generacional. Hemos alcanzado unos niveles muy elevados en nuestros objetivos estratégicos, tenemos tranquilidad financiera y aunque actualmente hay muchas incertidumbres, a corto plazo, no vemos amenas significativas. Tengo tan solo 36 años y pese a que nos movemos en un sector maduro, más que retos creo que serán oportunidades el poder seguir trabajando junto con mi padre. Para nosotros es muy importante poder diferenciarnos como compañía hotelera y si lo piensas, somos muy pequeños comparados con otros grandes grupos turísticos.

Madrid, Asturias y Menorca son vuestros tres destinos actuales. ¿Qué desafíos presentan cada uno?
En Madrid, la clave está en diferenciarnos en un mercado con cada vez más hoteles y en seguir ofreciendo una excelente relación calidad-precio en un contexto de subida de precios. En Asturias, el reto es seguir dándonos a conocer: cuando compramos el hotel, el turismo internacional representaba solo el 1%, y hoy ya estamos en un 35%.

¿Y Menorca?
Menorca es nuestro origen, nuestra esencia. Aquí, el gran reto sigue siendo la conectividad. Llevamos años trabajando en la desestacionalización: de nuestros tres hoteles en la isla, uno funciona todo el año, y en los otros dos intentamos alargar la temporada, con más ocupación en temporada baja para generar empleo y mayor impacto económico en la Isla.

¿Cómo solventáis el alojamiento de vuestro equipo?
En nuestro caso tenemos un pequeño edificio donde podemos dar alojamiento a una parte de nuestros trabajadores, tratando de convertirla en su casa.

¿Qué opinas sobre la masificación y los límites al turismo?
Más que límites al turismo, hay que ponerle cabeza y no mirar el corto plazo. Hay que tratar de ponerle sentido común a las decisiones que se tomen y tener en cuenta todas las partes involucradas. Hay decisiones que se adoptan pensando en una parte, olvidándose de la otra. Considero que debería existir una colaboración estrecha publico-privada porque al final, contra más partes involucradas en la decisión, mejor saldrá.

¿Cómo ves el futuro del turismo sostenible y qué papel quiere jugar Artiem?
El turismo sostenible no es una opción, es la única vía para que un destino prospere sin perjudicar su entorno. En Artiem apostamos por la transparencia y estamos abiertos a colaborar con cualquier socio que nos ayude a mejorar el impacto económico, social y medioambiental. Si todos remamos en la misma dirección, el beneficio será mutuo.

¿Tenéis pensado seguir la expansión del grupo?
Me encantaría que en cada ciudad quisieran tener un Artiem porque nosotros creemos que nuestro hotel, beneficia al entorno y al lugar donde está ubicado. De momento estamos explorando posibilidades, pero no hay nada cerrado.

De todos los proyectos que lleváis a cabo ¿cuál es el que te hace sentir más orgulloso?
Sin duda, la habitación solidaria. Este año celebramos el quinto aniversario de esta iniciativa, creada con el único propósito de ayudar. Tenemos cinco habitaciones solidarias, una por hotel, y desde junio de 2020 hemos recaudado más de 400.000 euros, donados íntegramente a Cáritas. Curiosamente, nos ha dado una notoriedad como empresa con impacto positivo en la sociedad, algo que no buscábamos. A menudo, los proyectos sociales se perciben como filantropía, y esto es lo primero que se elimina cuando las cosas van mal. En nuestro caso, esta iniciativa nos ha permitido generar más negocio y, al mismo tiempo, ayudar a quienes más lo necesitan.

Para terminar, una curiosidad: cuando viajas por placer, ¿qué es lo primero que te fijas en un hotel?
En la mirada y en la sonrisa con la primera persona que me cruzo y trabaja en ese hotel.