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Estamos inmersos en una digitalización intensiva, signo de los tiempos (ojalá sea cierto), propiciada por el fervor exhibido por el Gobierno, y engrasado con los fondos del Next Generation. Sin embargo, he leído dos titulares recientes que parecen reflejar otra realidad. El primero de ellos se refiere a la saturación administrativa del propio Gobierno. Copio/pego un titular de la prensa nacional del 9 de enero pasado: «El Gobierno admite el ‘tapón’ burocrático de los fondos europeos y recurre a las ‘Big Four’ por la «necesidad urgente» de justificar 4.000 expedientes. El Ejecutivo reconoce «una importante acumulación» de operaciones que supera sus medios y complica la fiscalización de las ayudas en tiempo y forma».

Lo que yo leo en el titular: hemos creado tal monstruo burocrático que ni su creador puede con él.
Cómo dijo un filósofo de sus propios textos: antes lo entendíamos el buen Dios y yo, ahora creo que solo lo entiende el buen Dios. Pues eso, ni el Gobierno es capaz de sobrevivir a su creación. Eso sí, los ciudadanos a cumplir en primer tiempo de saludo, que sino, recargo del 20 % para empezar a hablar. El segundo titular es lo mismo, pero desde el lado de los ciudadanos. Mismo procedimiento, copio/pego titular, prensa nacional, 20 de Enero: «Las pymes devolvieron más de 500 millones en ayudas del Kit Digital por las trabas burocráticas. Se trata de un tercio de lo adjudicado en esos dos años en el programa, que se acerca a los 600.000 beneficia».

Y ahora la guinda: cuando se firma una escritura, los notarios ponen una coletilla semejante a esta, que resumo y acoto para no hacerla eterna: «advierto a ambas partes, y en particular a la parte compradora, que el Registro de la Propiedad no practicará la inscripción correspondiente sin que se acredite previamente haber presentado la autoliquidación o, en su caso, declaración del impuesto sobre el valor de los terrenos de naturaleza urbana o la comunicación a la que se refiere…». Sin embargo resulta que la escritura se envía telemática e instantáneamente tanto al Govern balear como a los ayuntamientos. Pero si el ciudadano no lo hace personalmente, dentro de los 30 días siguientes, aparte de no ser inscribible, le sacuden el recargo por presentación tardía. Entonces, ¿para qué sirve digitalizar las notarías, el Govern balear, los ayuntamientos y el Registro de la Propiedad ? Ahí lo dejo, pero es para llorar.