El inicio de un nuevo año siempre trae consigo la oportunidad de detenernos y reflexionar. Es el momento perfecto para replantear estrategias, asumir retos y trazar caminos hacia un futuro más prometedor. En Impulsa Balears, hemos decidido aprovechar este momento para plantear una cuestión clave: ¿cómo podemos mejorar la respuesta que damos desde Balears al fenómeno global y complejo del turismo? Ello equivale a reflexionar sobre cómo lo acogemos y, sobre todo, cómo nos beneficiamos de él.

Para abordar estas cuestiones, esta semana hemos presentado el nuevo Índice de Desarrollo Turístico (IDT), que reemplaza al Índice de Competitividad Turística (ICT) que elaboramos desde hace años. Este índice, inspirado en el marco del World Economic Forum, nos permite tener una visión sistémica del turismo en nuestra región. Porque ya no se trata únicamente de medir visitantes, plazas o ingresos, sino de comprender cómo el turismo puede convertirse en un ‘aliado proactivo’, ante los desequilibrios internos que acumulamos y los retos que afrontamos del cambio global.

Así, el IDT nos invita a cuestionar muchas de las cuestiones que tradicionalmente hemos considerado validas sobre el turismo en Balears. Durante años, hemos realzado nuestra capacidad de atraer a millones de visitantes y ocupar una posición de liderazgo en el mercado internacional. Sin embargo, el IDT señala que este liderazgo, hoy, ya no es suficiente para progresar. El verdadero desafío está en liderar el desarrollo turístico, o en otras palabras, en la capacidad de forjar un sistema turístico, sostenible y resiliente, favorable al progreso de la sociedad.

Una de las grandes lecciones del IDT es que la intensidad turística –medida por el stock de instalaciones y servicios turísticos disponibles en una región– no garantiza el desarrollo turístico. Prueba de ello, es que hay regiones en el mundo con una notable capacidad de alojamiento que, sin embargo, obtienen puntuaciones bajas en el IDT, porque, a pesar de ello, no tienen las bases para articular un sistema turístico sostenible y resiliente. Balears, sí. Balears dispone de estas bases, solo requiere aprovecharlas y combinarlas con más innovación, talento y sostenibilidad como nuevos pilares de desarrollo turístico.

El IDT nos invita, pues, a ser disruptivos; a revisar lo que hemos hecho hasta ahora y a repensar nuestra relación con el turismo. Por ejemplo, debemos preguntarnos cómo aprovechar mejor nuestro capital humano y tecnológico, cómo diversificar nuestra oferta turística o cómo garantizar que el turismo contribuya a la sostenibilidad ambiental y social.

El cambio climático, la contaminación, la sobreexplotación de recursos y las desigualdades crecientes nos recuerdan que no podemos seguir acogiendo y beneficiándonos del turismo de la misma manera. Necesitamos estrategias que trasciendan el corto plazo y que apuesten por un desarrollo turístico que sea compatible con los límites ecológicos y las necesidades de nuestra sociedad.

Encajar los 15 pilares que conforman el IDT no es tarea de una sola institución o de un grupo de expertos. Es un esfuerzo colectivo que requiere la implicación de todos: administraciones públicas, empresarios, trabajadores, sociedad civil y cada uno de los ciudadanos de Balears. Solo con una visión compartida podremos transformar el turismo en un verdadero ‘aliado proactivo’ del progreso.

Así que, este año, les animamos a sumarse a nuestro propósito: encajar las piezas del puzle del turismo en Balears; construir un sistema turístico resiliente y sostenible; y demostrar al mundo que las islas puede ser un referente global en desarrollo turístico.