El público siguió con interés las exposiciones de los ponentes de la VIII edición del Foro El Económico. | Teresa Ayuga

No hay excusas ni dilaciones posibles. Hay que ser valientes y tomar decisiones, que en muchos casos no son técnicas, sino políticas. Son muchos los vectores que influyen en el devenir de nuestra industria turística. La geopolítica ha adoptado un papel decisivo en numerosas oportunidades y en estos tiempos de hoy, con la masificación al acecho, hay que ser cautos y alardear de prudencia. La guerra entre Rusia y Ucrania o la invasión de la Franja de Gaza por parte de Israel pueden tener su repercusión, aunque pueden parecer lejanos, en Baleares. De hecho, ya han influido, y notablemente, en el devenir económico de las Islas, España, Europa y el mundo, en general.

Baleares cuenta con una industria resiliente, como quedó demostrado durante la pandemia, aunque es más que evidente que puede sufrir las consecuencias de conflictos generados en vete a saber tú qué campos de batalla. Balears debe prepararse de la mejor forma posible, aunque es más que complicado.

Otra cuestión muy diferente es la lucha contra la masificación turística, el principal problema de nuestra industria. El Govern ha tomado la iniciativa y creó días atrás la Mesa pel Pacte Polític i Social per a la Sostenibilitat Econòmica, Social i Ambiental de les Illes Balears. Tiene un nombre tan ambicioso como los objetivos que pretende alcanzar. Antoni Riera, director de la Fundació Impulsa Balears y catedrático de la UIB, presidirá el comité técnico y dirigirá los trabajos. Riera no ha tardado en pedir tiempo. Yha hecho bien, puesto que la precipitación es siempre un enemigo a erradicar. Ahora bien, el camino para solventar la masificación requiere medidas valientes que en muchos casos pueden generar el rechazo y el disgusto de muchos.

Son numerosos los agentes económicos implicados en el turismo y, por tanto, en la lucha contra la masificación. Y, muy probablemente, muchos    deberán perder para que ganemos todos. La masificación golpea a los residentes, por lo que es imprescindible que el turismo sea de nuevo una actividad amable con los que aquí vivimos. Es vital para garantizar el futuro de nuestra principal industria.

Hoy, ya nadie discute que la masificación es un problema en las Islas, aunque es, prácticamente, el único punto de consenso. Buscar soluciones es tan complicado como argumentar las razones que nos han llevado hasta la situación actual. Nadie quiere la culpa. Así, los hoteleros argumentan que la masificación se debe al alquiler vacacional que ha crecido de forma exponencial en los últimos años, tanto legalmente como de forma irregular. Ya la proliferación de cruceros, que llenan las calles de Palma de turistas para disgusto de muchos y alegría de comerciantes. La patronal del alquiler vacacional asegura que es incomprensible que sus clientes sean los culpables de la masificación cuando son muchos menos que los que se alojan en hoteles. Y tampoco se ponen de acuerdo sobre las causas de la masificación las patronales de vehículos de alquiler, los sindicatos, los guías turísticos... Sea como sea, hay que ser valientes y decidir. Veremos.