Tiendas y restaurantes cerrados y otros tantos establecimientos comerciales no abiertos al público que lucen carteles de ‘se alquila' o ‘se vende' es lo que se puede encontrar cada vez más en el barrio de la Marina, uno de los más importantes y míticos de Eivissa. Atrás quedaron los años en los que era uno de los puntos más céntricos de la ciudad y, por extensión, de la isla.
Desde hace unos cuatro años, el barrio está experimentando un proceso de cambio que no solo están viviendo los cada vez menos vecinos de la zona sino también los empresarios que regentan sus negocios a los pies de Dalt Vila. Hace cinco años, el Ajuntament d'Eivissa empezó un proyecto de cambio de sentido de circulación y peatonalización de determinadas calles, como el paseo Vara de Rey, y también la Autoritat Portuària de Balears reformó la primera línea portuaria y acordó con el Consistorio cerrar al tráfico la fachada marítima (únicamente se puede entrar en horas de carga y descarga, tanto en invierno como en verano). Éste es uno de los factores que achacan los comerciantes a la progresiva “decadencia” del barrio de la Marina, al que suma el elevado precio de los alquileres y la estacionalidad que ya de por sí caracteriza a Eivissa como destino turístico. “Influyen muchas cosas, lo decimos siempre, no solo es un tema de accesibilidad y aparcamiento, pero sí que esto influye bastante. Hemos dado un bajón muy fuerte desde que se cerró el puerto y se hizo la obra de Vara de Rey”, explica Joaquín Manuel Senén, presidente de la Federación de Comerciantes La Marina-Puerto de Ibiza, quien recuerda que el acceso en coche al barrio de la Marina es libre, pagando la zona azul como en cualquier otro punto de la ciudad, de noviembre a abril. En este sentido, el Consistorio puso en marcha una zona Acire en el barrio para limitar la presencia de coches únicamente a los vecinos. En invierno no hay restricción de acceso, pero se mantienen las señales que indican que es zona restringida, lo que induce a confusión y a que, directamente, la gente no acceda a la zona por miedo a las multas, precisa el presidente de esta federación de comerciantes. “Desde el Consistorio mantienen que su modelo de ciudad pasa por reducir la presencia del coche y que la gente se tiene que acostumbrar, pero ya llevamos así cuatro años. La realidad es que la gente llega cada vez menos al barrio”, lamenta Senén, quien afirma que las instituciones deberían invertir más en potenciar turísticamente este emblemático barrio de Eivissa. “Se debería promocionar más y tendría que estar más cuidado en aspectos como unificar las baldosas de las aceras, por ejemplo. Hay calles, como la del Mar o la plaza Sant Elm, que no se han tocado en años”, apunta Senén.
ALQUILERES. A la peatonalización de la zona (los comerciantes calculan que entre la reforma de Vara de Rey y la primera línea del puerto se han eliminado cerca de 350 plazas de aparcamiento) se suman los elevados alquileres y traspasos de los locales comerciales, que pueden rondar entre los 80.000 y 100.000 euros anuales en primera línea del puerto en el caso de un local bien situado y céntrico, según precisa Senén. “Hemos entrado en una dinámica complicada porque la gente no llega al barrio y eso propicia que haya cada vez menos locales abiertos”, lamenta el representante de los comerciantes.
Por su parte, desde el Ajuntament d'Eivissa afirman que anualmente destinan unos 100.000 euros, aproximadamente, a la promoción del barrio de la Marina y a organizar actividades que den apoyo al comercio local. En este sentido destacan la celebración de eventos como la Fira des Moll en la primera línea del puerto, el concierto de Solomun que se organizó también en el puerto el pasado mes de septiembre, el concurso de arroz a la marinera, el torneo de ajedrez que se celebró en el barrio también en septiembre, así como actividades navideñas, como la llegada de Papá Noel al portal de ses Taules. Desde el Consistorio destacan que los comerciantes del barrio de la Marina participan en las diferentes campañas de dinamización comercial, como la navideña o la que se organiza con motivo del día del padre. También apuntan que hay presencia de material informativo de la Federación de Comerciantes en las diferentes ferias turísticas a las que acude la ciudad y Eivissa.
4 comentarios
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Con este Ayuntamiento creo que cada vez irá a peor. Con la peatonización mataron Dalt Vila, La Marina y poco a poco más allá si no hay alternativa de transporte publico interurbano por mucho que insistan en que no quieren coches, pues tampoco habrá gente, ni comercio, ni nada...
Por mi le pueden meter fuego a ese barrio y a Ibiza entera, Ibiza el estercolero de España!
la unica manera de crear vida en un barrio es poner servicios publicos como departamentos del Ayuntamiento y Consell y que la gente tenga que ir hasta alli. Esto fomentaria vida en el barrio con comercios y restaurantes que si podrian subsistir.
La terquedad de los representantes del Ayuntamiento en este tema no tiene nombre. Antes del cambio en la circulación se elaboró por encargo de la Federación de La Marina y Puerto un informe técnico independiente que preveía las consecuencias que hoy se ven. Sin embargo hay que tragar con la soberbia... En primera línea una pista de aterrizaje para avionetas vacía; no hay en ningún lugar un espacio portuario así. Barrio adentro mejor ni hablar. Nadie, nadie está contento, aunque ellos ya saben que en esta zona no es dónde tienen el voto. Seguiremos luchando