Casi todos los políticos que gestionan áreas turísticas, algunos profesionales y no pocos periodistas nos intentan convencer, día sí y día también, de que no solo el futuro, sino también el presente, está en el mercado chino. Las cifras oficiales, aceptadas por todos, señalan que más de medio millón nos visitaron el pasado año, aunque algunos interesados como Rafael Cascales, presidente de la Asociación Turismo España-China, señalaba en ABC que habían sido 718.000.

Unos y otros admiten que el turismo a España representa entre un cinco y un seis por ciento del turismo a Europa, que recibiría, en este caso, unos diez millones de turistas.

Desgraciadamente, estas cifras están alejadas de la realidad, lo que nos recuerda la muy profesional revista digital Skift, que señala que con algo más de dos millones de visados Schengen emitidos el pasado año, y sumando los del Reino Unido y un pequeño factor de repetición, el número de turistas chinos a Europa sería de alrededor de los tres millones.

En correspondencia con dichas cifras el número de turistas chinos a España se habría situado el pasado año alrededor de los 230.000. Llegar a esta cantidad exige solo algo de estudio y una calculadora. El primer dato es el número de visados emitidos por el MAEC, que el pasado año fue de doscientos quince mil; en segundo lugar la capacidad aérea entre los dos países, que con veinticinco frecuencias semanales -en la segunda parte del año- no llega a los trescientos mil asientos. Un factor de ocupación del ochenta por ciento y un “mix” de pasaje setenta por ciento chino y treinta español o de otras nacionalidades, nos conduce a aceptar que no más de 168.000 chinos viajaron el pasado año a España en vuelo directo, a los que sumaríamos, generosamente, otros 52.000 que vinieron pasando por Europa, para llegar a la cifra señalada de 230.000.

Dice Skift que la realidad es que ni las autoridades chinas ni las europeas saben cuántos vienen. Los chinos las inflan por intereses políticos y económicos, pero los europeos las inflan aún más, como en el caso de España. Lo mismo ocurre con el gasto de los chinos, cinco mil euros por viaje, según señalan algunas fuentes, lo que nos daría 2.500 millones de euros que no aparecen por ninguna parte. Este 2018 es del año del turismo China-Unión Europea. A ver si en alguna de las reuniones se ponen unos y otros de acuerdo y nos dan una cifra verosímil del número de chinos que nos visitan.