Nuestras empresas se hallan inmersas en un nuevo contexto caracterizado por unos cambios socioeconómicos que se producen con una rapidez de vértigo, lo que hace prácticamente imposible cuantificar con exactitud lo que nos puede deparar un futuro caracterizado por la incertidumbre y la mutabilidad.
Los problemas financieros no son ajenos a esta inseguridad y por ello la gestión financiera se ha convertido en la piedra angular de la gobernanza empresarial, surgiendo en los últimos años un conjunto de técnicas de análisis, control y previsión en el ámbito presupuestario para grandes empresas que utilizan las matemáticas borrosas y los algoritmos.
Es evidente que los presupuestos son los instrumentos básicos sobre los que descansa el gobierno y el control de la empresa, estableciendo los objetivos básicos, analizando las partidas presupuestarias de ingresos y gastos y su evolución en el tiempo, y de esta forma tener la posibilidad de resolver los problemas y desviaciones que aparecen utilizando adecuadamente los medios disponibles.
En el ámbito de las pymes, y como consecuencia de sus lógicas limitaciones, debemos acudir a técnicas presupuestarias tradicionales cuyo funcionamiento no de lugar ni a cargas de trabajo, ni a recursos adicionales como el presupuesto flexible, el presupuesto por programas y su variante el RCB (Rationalisation des choix budgétaires), el presupuesto base cero, etc.
El Presupuesto Base Cero (PBC) al que hoy vamos a dedicar nuestro interés tiene como característica, en palabras de Peter A. Phyrr, “un proceso que requiere que cada directivo justifique todas sus solicitudes de fondos. Cada uno debe demostrar que los gastos que propone son realmente necesarios. Para ello hay que identificar todas las actividades que se realizan en la empresa y evaluarlas en un examen sistemático para ordenarlas de acuerdo con su importancia”.
El PBC pretende ser un poderoso instrumento para mejorar la capacidad de gestión, para la asignación de los medios financieros y el control de los gastos, canalizando de la mejor manera posible los medios financieros para obtener de ellos el máximo provecho en el funcionamiento global de la empresa.
Para lograr estos objetivos, el Presupuesto Base Cero se basa en los siguientes parámetros: a) determinación de objetivos (justificando los requerimientos de fondos que se solicita), b) evaluación de métodos alternativos para efectuar cada actividad y dotación de recursos (eliminando posibles duplicidades); c) evaluación de las medidas de trabajo y ejecución y d) establecimiento de prioridades, evaluando las actividades en orden a su necesidad e importancia.
El panorama empresarial se caracteriza endémicamente por la escasez de recursos financieros. Este hecho obliga a que cada vez más sea preciso justificar una estimación de la tesorería necesaria a lo largo del período presupuestario, así como la determinación de las fuentes de financiación propias o ajenas. El PBC permite un alto nivel de eficacia en esta planificación.
Amigo empresario, si está de acuerdo con el axioma de que los fondos monetarios son un recurso escaso, la estimación online sobre las necesidades y recursos ha de ser una prioridad en la gestión empresarial y el PBC es el instrumento más eficaz para obtener las magnitudes económico-financieras que se precisan.
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