Senén de la Mata ha abordado la investigación después de jubilarse como ingeniero y empresario.

Senén de la Mata Menéndez es el autor de la tesis doctoral Historia de Asima (1964-2014), que documenta el papel de Asima como motor del desarrollo económico de Mallorca y como herramienta asociativa. La tesis, dirigida por el catedrático de Historia Contemporánea de la Universitat de les Illes Balears Sebastià Serra Busquets, ha recibido la calificación de cum laude.

- Afirma en su tesis que el gobierno franquista pensaba que Asima era algo más que una simple asociación. ¿Por qué?
- El asociacionismo no estaba autorizado en el régimen anterior, estaba totalmente controlado por el sindicato vertical. A cualquier asociación que se organizara para hacer algo, la miraban con cierta reticencia. Siempre se pensó que había algo detrás de Asima, pero no, lo que había sencillamente era unos industriales que buscaban ampliar sus industrias con la promoción de nuevos terrenos para poder instalar sus naves.

- ¿Cómo fue el proceso de transformación de los terrenos de rústico a industrial?
- Asima surge como una necesidad y una respuesta a una confluencia de problemas que afectaban a los empresarios. En Palma las industrias estaban en bajos de los edificios, con el consiguiente ruido, polución y molestias y no podían ampliarse. No era lógico. Uno de los industriales, Bordados Mallorca, necesitaba ampliar su lugar de fabricación porque tenía que recibir maquinaria. Buscó terrenos fuera del casco urbano y trató de involucrar a amigos suyos industriales en el proyecto para que formaran una asociación que permitiera a las empresas ubicarse a las afueras. En un principio eran diez y en pocos meses fueron varios centenares los empresarios que se unieron. Encontraron una finca, Son Castelló, y compraron el terreno rústico. Encargaron a los arquitectos Bayo y Villalba que hicieran el proyecto y las diferentes administraciones lo vieron con buenos ojos. Hay que tener en cuenta que Mallorca no tenía polo de desarrollo industrial. Pero en Asima fue la iniciativa privada la artífice de la transformación industrial y de servicios de Mallorca.

- ¿Cuáles han sido los hitos principales en la historia de Asima?
- Su fundación, 16 de julio de 1964; naturalmente su inauguración 4 de noviembre de 1967; la creación del Instituto Balear de Directivos (Ibede), sobre 1971, junto con la creación de la revista Economía Balear, de 1969; después vino la Transición y Asima siguió desarrollándose, ampliando los polígonos y con implantación de nuevas empresas. Cuando vuelve a despegar es a partir del año 2000, cuando se crea la Fundación Asima en 2010, y también destaca recientemente la creación de una comisaría de Policía dentro del polígono, porque los problemas de inseguridad fueron muy importantes durante años.

- ¿Qué caracteriza a los polígonos de Son Castelló y Can Valero del resto? ¿Por qué son únicos?
- Los polígonos de Son Castelló y Can Valero marcaron la pauta de cómo serían los polígonos de España y fueron los primeros de carácter privado que se hicieron en nuestro país. Por el hecho de ser los primeros, son rompedores. De hecho, una vez que empezaron a funcionar, el ministro del anterior régimen recomendó a otras provicincias recomendar Palma para que vieran unos polígonos de carácter privado extraordinarios. Y surgieron otros, como los de Oviedo, Granada, a imagen y semejanza como los de aquí, ya que los tomaron como modelo. Puede decirse que los polígonos de Asima son los creadores del urbanismo industrial en España.

- ¿Se equivocaron en algo los impulsores?
- Creo que en estos polígonos hay muchos aciertos. Desde la anchura de las calles, y su diseño en forma de retícula, también el hecho de diseñar dos calles principales que son los ejes... Se puede decir un fallo, que es el aparcamiento, totalmente insuficiente a pesar de que los edificios están retranqueados cinco metros en fachada y tres metros en los laterales y el espacio que dejan se ha utilizado de aparcamiento. En cuanto al metro, está infrautilizado.

- Si el principio fue industrial, hoy los polígonos están dominados por los servicios. ¿Cómo ha sido esta evolución paralela al desarrollo turístico de la isla?
- La industria turística no se entendería sin el apoyo de los polígonos: de allí sale alimentación, transportes, las propias oficinas de los grupos turísticos están aquí con compañías de aviación, grupos hoteleros, rent a car... Ha habido una evolución lenta de la industria fabril a la industria de servicios. Y de hecho, lo que en sus inicios se llamó polígonos industriales, hoy deberían de llamarse polígonos empresariales o áreas de servicios. Hoy los polígonos aglutinan a 1.100 empresas en Son Castelló y 300 en Can Valero, de las que un 70% son asociadas a Asima. El número de trabajadores está en 20.000. Las actividades más importantes son las dedicadas a alimentación, automoción, construcción y materiales, transportes y turismo.

- ¿Cuáles son los retos de futuro más inmediatos de Asima?
- Las antiguas instalaciones del parque de Bomberos se convertirá en un espacio polivalente que albergará, entre otros, un centro de formación profesional. Además, Asima ha elaborado un catastro solar como herramienta de asesoramiento a los empresarios en energía fotovoltaica. Y también, potenciar la Fundación Asima.

- ¿Y usted qué ha aprendido con esta investigación?
- Sobre todo, el ver cómo el empuje y la fe en el futuro de muchos empresarios propietarios han hecho que estos polígonos sean tremendamente importantes para la vida de Mallorca y para la ciudad de Palma 50 años después.