Nuestra economía está inmersa en un sistema en el que todo –desde el mercado hasta la administración pública y la forma en que las personas se comportan– responde a un modelo lineal de producción y consumo basado en grandes cantidades de materiales y energía a un precio/coste bajo. Sin embargo, esta forma de producir y, por extensión, de usar y tirar está siendo actualmente cuestionada por la creciente volatilidad de los precios, los riesgos de la cadena de suministro y, sobre todo, la cada vez mayor presión sobre los recursos. Ante estas tendencias cabe, por supuesto, la opción de mostrar resistencia, queja o rechazo, pero cabe también la posibilidad de acoger su carácter disruptivo y aprovecharlo para acelerar la transición hacia una economía circular.
La circularidad busca, en última instancia, disociar el crecimiento y el desarrollo económico del consumo de recursos y primar la utilización de materiales biodegradables y la reducción, reutilización, reciclaje y recuperación del resto de recursos.
A decir verdad, la economía circular ha superado ya la prueba de la definición y sus ventajas están siendo reconocidas por empresas, gobiernos y académicos. El desafío ahora es, pues, incorporar la economía circular a la toma de decisiones o, lo que es lo mismo, ser capaces de llevarla a una escala de preferencias de usuarios y empresas.
¿Y por qué no empezamos ahora…
… definiendo un plan de enseñanza y aprendizaje sobre la economía circular que permita a los estudiantes, tanto en la educación formal como informal, apoyar el pensamiento sistémico que requiere la transición hacia un modelo de producción y consumo circular?
… desarrollando iniciativas comerciales circulares y creamos las condiciones para que florezca la innovación empresarial, pieza clave de cualquier transición a la economía circular?
… proporcionando información robusta sobre los beneficios de la transición al modelo circular, midiendo su potencial económico y explorando las ganancias potenciales a través de diferentes sectores productivos y nichos de consumidores?
… comunicando ideas de vanguardia y conocimientos capaces de involucrar a toda la sociedad en una visión de futuro circular capaz que garantice el crecimiento y la creación de empleo mientras se reducen los impactos ambientales, incluidas las emisiones de carbono, y se maximiza el progreso social?
Esto es lo que ya están haciendo algunas regiones de nuestro entorno con el liderazgo compartido de empresas y gobierno. La dirección está marcada. Las señales positivas de esta forma de proceder son claras. Solo hay que seguir la línea y mimetizarse a este nuevo telón de fondo. Un telón de fondo de economía circular, que empieza por las personas y termina en las personas.
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