Es cierto que puede ser pronto para considerarse una consolidación por encima de esos niveles, que esta semana incluso ha estado por debajo en algún momento, que los bancos centrales todavía influyen demasiado y que hay que ir con pies de plomo debido a que hace algunas semanas ya se intentó.
Sin embargo son precios que se tienen que tener muy en cuenta a la hora de hacer una estrategia de inversión, con lo ajustado además de los precios puede servir tanto para el largo como para el corto plazo.
El EuroStoxx por encima de 3.030-3.000 puede dar señales de compra: este precio además de ser un punto en el que se apoyó en numerosas ocasiones (varias durante 2014 y 2015) es el de la media de 200 sesiones que en ocasiones sirve como soporte/resistencia adicional. En caso de ser cierto la siguiente resistencia a largo plazo la tendría en la directriz bajista que comenzó en 2015 y donde se podría encontrar en los 3.400-3.350 puntos.
Por debajo, los mínimos de este mes pueden marcar stops, aunque incluso se puede arriesgar por debajo de los mínimos anuales marcados en febrero.
El DAX alemán presenta incluso una mejor situación técnica especialmente si consolida por encima de 10.050, con soportes por debajo al gusto de la gestión de capital de cada uno: primero los 9.750 y luego los 9.300. Por arriba, es cierto que la directriz bajista es cercana, pero los 10.850-11.000 pueden ser un buen objetivo realista.
El IBEX, desgraciadamente, todavía es una excepción lastrado por la situación de la banca, por la incertidumbre política y a la expectativa de Brasil: mientras no rompa los 9.200; y mejor si lo hace con los 9.800, no presentará una estructura cómoda; mientras tanto el soporte de 8.200 está funcionando y puede dar alguna opción a inversores más atrevidos. En todo caso, es evidente que la inestabilidad política, con un gobierno en funciones, no contribuye a la estabilidad.
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