La segunda generación está al frente del negocio desde hace trece años, siempre a la vanguardia de las últimas tendencias en gastronomía, con una vocación de asesoramiento a sus clientes que va mucho más allá del suministro, y que cuenta con una flota de nueve camiones refrigerados de reparto para toda la isla.
INICIOS. Los primeros clientes de Comercial Catchot fueron los colmados o pequeñas tiendas de alimentación y los hornos que existían en Menorca a mediados de los años setenta. Llorenç Catchot y su hermano Francisco abrieron un pequeño almacén de apenas doscientos metros cuadrados en los muelles del puerto de Maó.
Ambos compaginaban su trabajo con este punto de suministro en el que tenían únicamente la distribución exclusiva de dos marcas de embutido Revilla, ahora Campofrío, y emulgentes para añadir a las harinas en la cocción del pan. La simpatía y su buen hacer les empujaron a aumentar el número de productos y moverse a finales de los años ochenta a unos almacenes más grandes en la calle Maria Lluisa Serra del centro de la ciudad, en los que añadieron un pequeña furgoneta para facilitar el reparto a domicilio. “Fue en aquel momento cuando Comercial Catchot empezó a tomar forma y mi padre Llorenç pasó a dedicarse por completo al negocio, viendo la posibilidad de expandirse en la Isla”, explica Luisa Catchot, gerente actual.
Ampliar metros cuadrados también les abrió la posibilidad de contactar con más marcas e iniciar un próspero camino en el sector de la restauración para el que hoy en día son toda una referencia.
En 1990 dieron otro salto cualitativo con el traslado hasta el polígono industrial de Maó, en el que además del producto seco incorporaron una cámara frigorífica para conservación de productos frescos. “Hace veinte años la introducción del sector del congelado en la restauración era prácticamente incipiente e incluso había un cierto recelo, pero mi padre se dio cuenta de que en la cadena alimenticia se estaban haciendo verdaderos progresos que apuntaban hacia esta dirección”, explica la gerente.
De hecho, Comercial Catchot fue la primera empresa de Menorca en introducir el pan congelado en la isla, que en aquel tiempo suponían cuatro cajas de porexpan que llegaban vía aérea y hoy en día son tres contenedores semanales con el resto de productos que también distribuyen. “Cuando la empresa se trasladó a su sede actual en el año 2000, con una inversión de 250.000 euros en cámaras frigoríficas, lo llamaron iluso”, comenta sonriente Luisa Catchot.
NUEVOS PRODUCTOS. Con el objetivo de posicionarse como líderes en suministro de producto congelado para hostelería y restauración, constituyeron dos años más tarde la empresa Exclusivas Catch. El camino del suministro de este tipo de producto les ayudó a aumentar en número de clientes, diversificando del producto seco y del refrigerado, y aumentando el número de referencias en catálogo que a día de hoy están alrededor de las 4.000. Fue gracias a la alianza con una central de compras mallorquina lo que les facilitó su penetración en el canal de hoteles, cafeterías y restaurantes, pudiendo disponer de una marca de calidad contrastada y respaldada por los principales fabricantes del país a precios competitivos gracias a economías de escala.
La buena marcha del negocio y la necesidad de profesionalizar la estructura de la empresa familiar propiciaron también la entrada en la dirección de su actual gerente, que había estado trabajando en el sector de la hostelería y se había formado en administración y dirección de empresas.
A nivel societario, decidieron constituir Transass como tercera empresa del grupo para canalizar las necesidades de transporte, quedando Comercial Catchot para productos secos y refrigerados y Exclusivas Catch para los productos congelados. Desde el año 2004, el grupo es íntegramente de la familia Catchot Buñuel, ya que Llorenç compró la parte del negocio a su hermano Francisco.
Otro de los aciertos de esta compañía familiar fue la apuesta hace diez años por una línea gourmet, Catchot Gourmet, para respaldar al sector de la cocina de autor, que empezaba a demandar productos de alta calidad que Menorca no tenía. “Nos avanzamos al movimiento actual de grandes chefs que últimamente está revolucionando el panorama culinario de nuestra isla. Estamos hablando de productos premiums así como el suministro de ingredientes especiales como, por ejemplo en la actualidad el plancton marino, o para que puedan hacer gelificaciones”, explica Luisa Catchot. “La apuesta por las cocinas temáticas como la japonesa o la mexicana, así como la especialización y ampliacicón en el suministro de vinos, han contribuido a que podamos tener un crecimiento en nuestra facturación durante estos últimos años”, confirma la gerente.
FUTURO. Al frente de negocio, Luisa Catchot comparte también responsabilidades con su hermano Sito, que lleva la dirección comercial, sin dejar de contar con los consejos de su padre que pese a abandonar la primera línea de dirección, no ha dejado de ser el excelente relaciones públicas de la compañía que siempre fue.
La visión actual y de futuro del grupo menorquín es ser un proveedor integral, ser cercanos a sus clientes para asesorarles, además de ser su proveedor de referencia y en constante proceso de innovación. “Contamos con un equipo cohesionado y con dilatada experiencia, que prácticamente no ha variado en los últimos diez años, con el que estamos en continua formación para estar preparados para un mercado cambiante y muy exigente. Muchas veces somos más un asesor gastronómico que un mero distribuidor de productos y es donde realmente aportamos valor”, comenta Luisa.
Para fidelizar al cliente organizan habitualmente catas y degustaciones de productos y en su momento fueron los primeros en organizar una feria gastronómica. “Nos gusta poder desarrollar este rol de partner al servicio del cliente, innovando y ayudando a estar siempre al día al sector”, concluye la gerente.
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