La recuperación está ganando terreno en Balears y llevamos ya seis trimestres consecutivos en positivo, algo que no ocurre en el resto de España. La regeneración del tejido empresarial está contribuyendo a que la reactivación del empleo y la normalización del mercado laboral de las Islas se estén alcanzando con una rapidez e intensidad superior a la media nacional.
Nuestra economía es la que mejor evoluciona en términos de crecimiento, de creación de empleo y de afiliación a la Seguridad Social y eso significa que las empresas de Balears estamos haciendo los deberes y los estamos haciendo bien, mejor que otras comunidades.
A lo largo del pasado año aumentó considerablemente en Balears el nacimiento de nuevas sociedades y el número de empresas se ha situado en el nivel más alto del último sexenio. Se ha más que duplicado el capital suscrito por las nuevas empresas y esta positiva evolución empresarial ha ido ligada, como no puede ser de otra manera, a la mejoría del empleo en cantidad y en calidad: hemos cumplido un trienio ininterrumpido de creación de puestos de trabajo del que se benefician todos los sectores económicos y dos años consecutivos de crecimiento de la contratación indefinida a un ritmo que ya alcanza al de los contratos temporales.
Los empresarios contribuimos a mejorar la sociedad y, para continuar haciéndolo y a la vez trasladar esa mejora a la economía real, ponemos todo de nuestra parte. Queda mucho por hacer y, para lo que no está en nuestra mano, necesitamos que las administraciones contribuyan a crear un entorno de estabilidad y de seguridad jurídica que propicie el aumento de las inversiones, así como políticas de empleo que ayuden a mejorar la competitividad de nuestras empresas porque, no me cansaré de repetirlo, las empresas somos las que creamos empleo.
Debe primar el diálogo y, de la misma forma que las decisiones de inversión privada deben tener presente las actuaciones políticas, las administraciones públicas no deben tomar decisiones de espaldas a los empresarios. En este sentido, nuevos impuestos e inseguridad jurídica no favorecen la inversión, ni la competitividad de nuestras empresas ni, por tanto, la creación de empleo.
En estos casi dos años al frente de CAEB, aparte de modernizar la institución, hemos liderado la creación de la Fundación Impulsa -que ya empieza a dar sus frutos- con el propósito de que el saber y el conocimiento constituyan la base de la toma de decisiones y así mejorar la competitividad de Balears y, por tanto, el bienestar de los ciudadanos.
Los empresarios somos conscientes de nuestra responsabilidad social y la asumimos arriesgándolo todo, dedicándole toda nuestra atención, tiempo y recursos. Desde CAEB creemos que es imprescindible reivindicar el valor social del empresario, evitar que sea desacreditado al amparo de ejemplos aislados que, siendo condenables, no reflejan la realidad social de nuestras empresas y reconocer el liderazgo social del empresario.
Por ello, el próximo 5 de mayo haremos entrega del Premio al Empresario del Año en un acto ante la sociedad civil con el que queremos alentar la excelencia empresarial, promover el reconocimiento social a la figura del empresario y divulgar el desempeño de su labor al servicio de la sociedad como muestra de nuestro compromiso, firme y decidido, con la prosperidad de Balears.
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