El día que se presentó el último Boletín de Coyuntura Económica del segundo trimestre de Menorca, publicado por el Cercle d'Economia de Menorca en colaboración con el Institut d'Estudis Menorquis y el Observatorio Socioambiental de Menorca, se reiteró la necesidad de trabajar a favor de un equilibrio intersectorial. Turismo y servicios no están logrando equilibrar la balanza económica de la isla de modo satisfactorio porque la temporada es excesivamente corta y la globalización ha dejado en paños menores a los sectores industriales tradicionales como el calzado, la bisutería o el campo. La asignatura pendiente sigue siendo alcanzar este objetivo a medio plazo.
Estas Navidades he aprovechado para leer el libro “Inteligencia Empresarial”, que el empresario Salvador Alemany, presidente de Abertis Infraestructuras, regaló al Cercle d'Economia de Menorca cuando estuvo compartiendo manteles con sus socios en el pasado mayo. Alemany lanza una serie de reflexiones en voz alta, que transcribe en forma de conversaciones el periodista Martí Saballs, director adjunto del diario Expansión. El libro parece dirigido a la clase empresarial menorquina porque tiene la capacidad de sintetizar algunas de las carencias que nuestra economía insular padece y, al mismo tiempo, plasma de modo esperanzador las palancas que podrían hacer pensar en un futuro mucho más prometedor.
El presidente de Abertis habla de que es la hora de los proyectos con base industrial, basados en un saber hacer (know how) concreto. Habla del espíritu emprendedor pero haciendo referencia a los empresarios: “Solemos llamar emprendedor al que intenta poner en marcha un nuevo negocio pero deberíamos recomendar al empresario consolidado que apostara por el espíritu emprendedor durante todo el periplo vital de su empresa”. Alemany advierte que quien no asume el reto de ser el mejor, aquel que no se propone crecer y transformarse, con el tiempo se enquista, se reduce y acaba desapareciendo. Pero donde creo que Alemany define bien lo que le pasa a Menorca es cuando habla sobre pasar a la acción: hay un tiempo para debatir y reflexionar, pero un momento para decidir. Durante el período de reflexión debemos estar siempre en condiciones de respondernos a la pregunta: Si tuviera que actuar ahora mismo, ¿qué haría?, aunque con más reflexión y datos vayamos alterando la respuesta. En Menorca ha llegado este momento. El despertar de la fuerza tiene que conducirnos este año a mejorar.
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