El patriarca Juan March compró un buen número de propiedades. Son Fiol fue una de las primeras adquisiciones. También compró la casa señorial que hoy ocupa la Fundación Juan March en la calle Sant Miquel, y donde el banquero ocupó su despacho. En 1935, el banquero ordenó la construcción de un palacio en el centro de Palma, entre la calle Conquistador y las escaleras de la Seu. El Palau March lo heredó Bartolomé March, que instaló allí la Biblioteca March, que aún hoy mantiene sus puertas abiertas al público.
Los March han ido adquiriendo y conservando numerosas fincas rurales, distribuidas prácticamente por toda la geografía mallorquina. Alguna está documentada ya en el siglo XIII, como Biniforani, en Bunyola. La espectacular Son Galcerán en Valldemossa fue propiedad del fallecido Juan March Cencillo, amante del arte y las antigüedades. Construida en el siglo XVII, en ella había vivido el administrador del Arxiduc Lluís Salvador. Juan no tuvo hijos y la finca la heredó su hermano Manuel.
Otra gran finca señorial que conservan los March es Sa Torre Cega, situada en Cala Rajada, propiedad de la Fundación Bartolomé March. Construida en 1916 en estilo regionalista fue una de las casas preferidas por Leonor Servera Melis, que pasaba allí todos los veranos. Impulsó la creación de unos jardines de 70.000 metros cuadrados, que fueron reinaugurados por los Reyes, Juan Carlos y Sofía, después de los cuantiosos destrozos sufridos por el vendaval de 2001. Ternelles, en Pollença, es también propiedad de la familia March.
Señalar también que Carlos March recuperó en 2012 la antigua batería de costa de Cap Salines en Santanyí, cuyos terrenos había cedido la familia al Estado para uso militar en la década de los 50. Defensa decidió venderlos hace años y fueron adquiridos por el empresario inmobiliario alemán Mathias Kühn. Carlos March recurrió la operación y consiguió recuperar la propiedad, que ha pasado a formar parte de la finca S'Avallet, segregada de S'Avall.
3 comentarios
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Puede que en el pasado a esta familia se le puedan criticar muchas cosas. Pero en el presente, ni a los verdes, ni a los rojos ni a los sandía, se les debe tanto como debe Mallorca a la familia March. Solo sus fincas se conservan intactas y son auténticos tesoros de nuestra isla. Conozco bastante bien Ternellas de Pollensa y es, de largo, lo mejor de Pollensa y está como hace mil años.
Responsables de la construcción de Puerto Adriano, si si mucha preservación
pues que se diga lo que se diga... se piense lo que se piense... Esta familia es responsable de que se haya preservado tantas cuarteladas en nuestra isla... guste o no... se reconozca o no... La tierra mallorquina debe mas a esta familia que muchas leyes de protección y plan territorial... guste o no Dios solo sabe a quien pertenecerán estas tierras en 500 años... pero que sigan así...