Según explicó este jueves la propia autora a Periódico de Ibiza y Formentera momentos antes de que comenzara el acto, se trata de su debut en el mundo de la novela tras atesorar gran experiencia en el mundo de danza, gestionando su propia compañía con el nombre de Ibidanco (Ibiza Dance Company), su academia en el pueblo de Santa Gertrudis y actualmente como profesora de danza en el Conservatorio Profesional de Música y Danza de Ibiza y Formentera Catalina Bufí. «La idea de crear este libro se empezó a gestar por casualidad, cuando encontré por sorpresa, en un día gris y mustio, una serie de diarios y notas en los que durante años había ido plasmando mis propias experiencias como bailarina, profesora y coreógrafa y que tras analizarlos bien pensé que podían dar para crear una bonita historia».
Dicho y hecho. Sacando tiempo de donde podía, compaginándolo con su trabajo y «deseando que los días tuvieran 48 horas», en enero de este año comenzó a dar forma a la novela hasta que en pocos meses tuvo terminadas las 286 páginas que finalmente editó la editorial Círculo Rojo el pasado mes de octubre.
Ocho jóvenes bailarinas
En ellas se cuenta la historia de ocho jóvenes bailarinas procedentes de países tan diversos como Japón, Canadá, Suiza, Francia, Estados Unidos, Cuba y España que coinciden en una prestigiosa academia de danza ubicada en la Costa Azul francesa. Allí, aunque todas ellas son muy diferentes entre sí y tienen objetivos muy distintos en su vida, conseguirán forjar una gran amistad «al implicarse todas al máximo para alcanzar sus sueños de la mano de su carismática profesora, la sudafricana Tricia Robinson».
En este sentido, Emmanuela Torres aseguró que se trata de una novela con la que fundamentalmente ha buscado transmitir todas las partes positivas que a ella le ha dado la danza a lo largo de su vida. «Yo me considero alguien sumamente afortunado porque, aunque es un trabajo muy duro y exigente, siempre he tenido buenas experiencias gracias a los magníficos profesores que me han dado clase y eso es algo que he querido reflejar en mi primera novela ahora que parece que mucha gente quiere que se vea como un mundo muy oscuro y sórdido y cuando todo lo que nos rodea parece que son desastres, dramas, tragedias o catástrofes».
Además, la autora, al igual que hace con sus alumnas, lanza otros mensajes en Destellos de danza. En busca de un sueño. Mensajes que surgen de su propia experiencia.
«He querido transmitir que con esfuerzo, disciplina y pasión podemos hacer realidad muchos de nuestros deseos y que, aunque cada uno tengamos nuestra propia personalidad y seamos muy diferentes, todo pasa por lograr una amistad profunda y sincera, sobre todo en una edad tan difícil como es la preadolescencia y que, nos guste o no, nos acaba marcando para siempre».
No en vano, todo esto lo ha acabado aprendiendo Emmanuela Torres tras «vivirlo y experimentarlo en primera persona» y por eso confirmó que «buena parte de la novela tiene tintes autobiográficos».
Sin embargo, al mismo tiempo, también dejó claro que la mayor parte de lo que aparece en el texto ha sido novelado añadiendo partes que han surgido de su propia imaginación.
«Es cierto que cada uno de los personajes tiene algo de mí y que también he querido plasmar en la personalidad de algunos profesores de la escuela lo que más me marcó a mí de algunos que tuve el privilegio de conocer, pero la mayor parte es una historia ficticia en la que he buscado un ritmo rápido y ágil, con un lenguaje cercano, para intentar llegar al mayor número de lectores posible».
De hecho, según la escritora ibicenca se ha hecho especial hincapié en que el lector no se aburra. «Soy consciente que en muchas ocasiones el trabajo de una bailarina y el de sus profesores o profesoras puede ser largo y tedioso porque se repiten mucho los ejercicios y los pasos para aprenderlos y por eso uno de mis principales objetivos era que esa sensación no se acabara transmitiendo a quien tuviera en sus manos esta novela».
Tanto es así que son muchos los que piensan que este trabajo daría para una novela o una serie de televisión. E, incluso, que podría tener una segunda parte.
Algo que, de momento, según Torres, tardará en llegar. «No lo descarto en absoluto porque toda la narración es muy visual y porque creo que se lanza un mensaje de alegría, optimismo, ganas de vivir y ansias de comerse el mundo que actualmente hace mucha falta, pero a día de hoy estoy centrada en la promoción y en tener algo más de tiempo libre tras unos meses muy intensos».
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