Bastaron unos pocos segundos para comprobar que era la primera vez que en Eivissa se veía algo de esta dimensión. La escenografía, la calidad del sonido y el cartel invitaban a disfrutar de una noche de temperatura agradable en compañía de una leyenda del pop que, al segundo tema, ya atacó los éxitos de The Police con Every Little Thing She Does is Magic. Y el público respondió. Esa fue la constante de la velada.
Demolition Man, Driven to Tears,(con un espectacular solo de violín), Message in a Bottle (el público se volvió literalmente loco), una larguísima Roxanne, King of Pain y Every Breath You Take hicieron las delicias del respetable, que también coreó éxitos de su carrera individual como Englishman in New York o la romántica Fields of Gold, en la que se confirmó la sustitución de los míticos mecheros por la luz que desprenden las pantallas de los móviles.
Menos seguimiento tuvieron temas de otros discos en solitario del cantante como Mercury Falling, Heavy Cloud No Rain o I Hung my Head.
Tras algo más de hora y media sobre el escenario, Sting se retiraba dejando al público satisfecho tras un concierto que sonó muy profesional pero al que tal vez le faltó algo de chispa.
Pasado el momento del pop, el turno le llegó a los djs David Guetta y Tiësto, que cerraron una primera jornada que terminó mucho más tarde de lo previsto debido a la final de la Eurocopa. Esa circunstancia llevó ayer por la mañana a la alcaldesa de Sant Antoni, Pepita Gutiérrez, a pedir disculpas a través de Facebook a los vecinos por las molestias que pudo causar el volumen del escenario principal entre los vecinos.
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