Varias alumnas observan a una de las bailarinas rusas. | Daniel Espinosa
El Palau de Congressos d'Eivissa acogió ayer la presentación de los espectáculos que el Ballet de Moscú desarrollará durante el fin de semana y que comenzaron por la tarde con una clase magistral a cargo del director de la compañia, Timur Fayziev, y los dos solistas que protagonizan El lago de los cisnes.
La obra de Piotr I. Tchaikovsky, coreografiada en esta ocasión por Marius Petipa y Lev Ivanov, se representará hoy a las 21 horas y mañana a las 19 horas. Prueba de la buena acogida que siempre tiene esta compañía es que ayer estaban vendidas prácticamente la totalidad de las entradas para ambos pases.
Dado que la compañía ha actuado en reiteradas ocasiones en la Isla, el Ballet de Moscú quiso agradecer el apoyo del público ofreciendo una clase magistral gratuita para los diez alumnos más aventajados de las academias Capricorn, Paso a paso, Centro de danza, Vila Dance y Àngela Custodio.
Fayziev, agradeció durante la presentación el afecto que siempre ha mostrado el público de las Islas y añadió que, «el espectáculo y la gira han sido preparados con mucho esfuerzo e ilusión. Pronto llegaremos al centenar de representaciones de El lago de los cisnes y nos gustaría llegar a esa cifra en Eivissa».
Vocación didáctica
La compañía, que tiene una dilatada experiencia impartiendo clases magistrales para niños, como ya hiciera en Japón durante 20 años, explicó el director, valora enormemente la enseñanza de una buena base técnica a los jóvenes bailarines. «La edad ideal para que un bailarín comience a formarse son los nueve años», explicó el ruso, «aunque algunas escuelas coreográficas en Rusia ofrecen cursos preparatorios a partir de los siete años».
Y es que, el director, recordaba ayer que un bailarín profesional invierte una media de doce horas al día en formarse y practicar.
«Es muy importante fijar la base y los movimientos en los primeros tres años de aprendizaje para que, más adelante, cuando un artista esté sobre el escenario, demuestre su buena escuela», aseguró Fayziev que remarcó la rigurosa formación multidisciplinar que reciben los bailarines rusos en las escuelas profesionales.
La de ayer fue una clase eminentemente práctica y en ella participaron jóvenes alumnos de todas las edades, así como unas 60 personas, desde adultos hasta niños que acudieron a la clase por su interés particular por el baile y que se nutrieron de los conocimientos de la agrupación.
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