IBIZA BALLET DE MOSCU EL LAGO DE LOS CISNES | AINA DE GISPERT

El auditorio del centro cultural de Can Ventosa acogerá a las 19,30 horas de este domingo 18 la actuación del Ballet de Moscú, que vuelve una vez más a Eivissa con uno de sus ballets estrella, El lago de los cisnes, con música de Tchaikovsky y coreografía de Marius Petipa y Lev Ivanov. Una visita que se integra en la gira que realiza esta semana por las Islas el ballet que dirige Timur Fayziev, fundador en 1989 de la reconocida compañía, que en su trayectoria ha realizado giras por más de 60 países y superado el millar de representaciones. El lago de los cisnes está dividido en cuatro actos; cuenta, la historia del príncipe Sigfrido, que sale a cazar y se encuentra con la joven Odette convertida en cisne por un hechizo del malvado Von Rothbart. Ania Eroshina, una de las bailarinas de la compañía que habla castellano sin apenas acento, explicó ayer a este periódico la relación que el Ballet de Moscú tiene con Balears.

-¿Qué es lo que encuentra el Ballet de Moscú en estas islas para que vuelva tantas veces?

-Que son unas islas encantadoras, porque el público nos acoge siempre con muchísimo cariño. Es uno de los sitios más bonitos y queridos por nosotros; así que sí que es cierto que volvemos casi todos los años, con lo que hemos presentado ya parte de nuestro repertorio.

-Por cierto, ¿cuál es el repertorio que la compañía tiene actualmente en cartera?

-La verdad es que tenemos muchísimos ballets, pero últimamente hemos tocado bastante El lago de los cisnes, nuestra obra maestra, digamos; y en Navidades, El Cascanueces. Pero también trabajamos bastante con La bella durmiente, Carmen, Don Quijote y Romeo y Julieta. Son ballets de éxito que están siempre en nuestro repertorio habitual.

-¿Cuál es el secreto del éxito de los ballets rusos, disciplina, tradición, el particular carácter de los pueblos eslavos...?

-Creo que es un poquito de todo eso. El ballet forma parte de lo que es la cultura rusa. Desde pequeños los niños van al teatro a ver ballet para que comprendan nuestra tradición musical y de danza. A partir de ahí, los niños que quieran introducirse en el tema para ser bailarines, tienen que integrarse dentro de una cultura, una disciplina, una responsabilidad y un sacrificio que conlleva la posibilidad de llegar a ser de los mejores bailarines que existen en el mundo.

-Cuando viajas por España, ves a menudo que están programadas actuaciones de distintos ballets rusos, como el Imperial, el Bolshoi, el vuestro... ¿Tienen todos algún punto en común?

-En principio sí, porque todos pertenecemos a la misma escuela y al mismo tipo de disciplina, dentro de lo que supone el ballet clásico. Pero también es verdad que luego, cada compañía aporta sobre el escenario su toque y su magia personal; pero a nivel de pauta clásica, todos los ballets rusos siguen la misma escuela tradicional de enseñanza.

NOVEDAD

No es la primera vez que el Ballet de Moscú presenta en Eivissa El lago de los cisnes, uno de sus espectáculos estrella, ofrecido con anterioridad tanto en Can Ventosa como en el Palau de Congressos de Santa Eulària, donde se representó el pasado mes de marzo.

Respecto a esta actuación, la novedad en esta ocasión radica en que tiene un nuevo solista, Nikolay Olyunin. «Es un bailarín extraordinario, tanto a nivel de técnica como de disciplina, movimiento y de magia que transmite al público. Como le sucede a la bailarina principal, Natalia Kungurtseva, que interpreta a la perfección a la protagonista de El lago de los cisnes», aseguró ayer a este periódico Ania Eroshina, bailarina del cuerpo de baile de la compañía que dirige el bailarín y coreógrafo ruso Timur Fayziev.

Eroshina añadió que el célebre ballet de Tchaikovsky «es una obra bastante complicada, porque tienes que distinguir muy bien a los dos personajes principales del montaje: el cisne blanco, con su carácter dulce y una sensualidad sofisticada, frente al cisne negro, con ese toque de picaresca y un poquito de maldad que transmite. Por lo tanto, es complicado que la misma persona baile los dos personajes; pero cada vez que veo a Natalia Kungurtseva, observo que lo borda», aseguró la bailarina.