El esperado proyecto de rehabilitación del Teatro Pereira podría iniciarse en los próximos meses, según apuntó ayer a este periódico Pedro Matutes, el portavoz de los propietarios del emblemático inmueble de la Marina, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), que se convertirá en un espacio polivalente para café concierto y espectáculos. «Ya tenemos la licencia de reformas. Estamos pendientes de definir cuál será la primera fase de los trabajos, que, en principio, será este invierno. Técnicamente, es un tema muy complejo, hay que definir muy bien qué se hace, cómo se hace, si se actúa en la parte interior, si se trabaja ya sobre los locales exteriores, donde hay que sustituir todos los techos y cambiar todas las vigas, que son de madera y están en mal estado... El arquitecto, Jordi Carreño, que ya ha hecho otras restauraciones importantes, está trabajando en ello y en pocos días tendremos claro el tema», precisó.
El proyecto de rehabilitación del Teatro Pereira, impulsado por la familia Matutes, propietaria del conjunto BIC, fue aprobado el pasado mayo por la comisión de urbanismo y patrimonio (Ciothupha) del Consell. «Ya se ha avanzado en el papeleo; ahora se trata de periodificar por fases los trabajos, que van a tardar su tiempo, porque hay que empezar por toda la reforma estructural y luego ya se irá al equipamiento. A partir de ahí estaremos pidiendo presupuestos y viendo cómo podemos afrontarlo, porque, claro, en esta zona sólo se puede trabajar en invierno».
En cuanto al uso, Pedro Matutes recordó que «la idea es recuperar todos los usos tradicionales que ha tenido: teatro, cine, varietés, salón de baile, mítines políticos, todo tipo de reuniones...».
Al estar ubicado el Teatro Pereira en zona arqueológica, las obras de rehabilitación pueden dar sorpresas. Así, al excavar hace unos meses en la parte trasera del edificio para hacer un transformador, apareció una tumba bizantina y restos de un muro. «Leí en el informe del arqueólogo, que aquello obliga incluso a replantearse cuál fue la configuración del puerto y su área de influencia en esos momentos; que se pensaba que en realidad la ribera estaba más atrás, más cerca de la muralla», señaló Pedro Matutes, que sospecha que se pueden encontrar más restos cuando haya que excavar debajo de la platea y el escenario, «para hacer la zona de acceso por debajo de un sistema de subida y bajada del material para cambiar la configuración del teatro».
Por su parte, el responsable del departamento de Arqueologia del Consell d'Eivissa, Joan Ramón, confirmó ayer ambos descubrimientos. «Nos informaron, por supuesto. Formó parte de un seguimiento que habíamos organizado nosotros. Se documentaron los restos, y se mandó el informe a la comisión de patrimonio, que dio el visto bueno. El protocolo que se hace en arqueología preventiva», precisó Ramón, añadiendo: «Sólo se pudo intervenir un tramo pequeño de la tumba; queda casi todo por descubrir.».
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