El director de cine canadiense Atom Egoyan filma la desestabilización de una pareja consolidada en Chloe, una febril mezcla de drama de personajes y thriller protagonizada por Julianne Moore y Liam Neeson que inauguró ayer la competición de la 57ª edición del Festival de Cine de San Sebastián. «Es una película sobre el matrimonio, sobre la manera que tenemos de reinventarnos una y otra vez para seguir manteniéndolo vivo», aseguró Egoyan, quien teje una alambicada trama empapada de mentiras y deseo para devolver el fuego perdido a la pareja.

Chloe retrata las consecuencias del complejo que le entra a una mujer, interpretada por Julianne Moore, cuando deja de sentirse atractiva para su marido, al que da vida Liam Neeson, y que pasa el día rodeado de jóvenes alumnas. «En nuestra cultura, la imagen es cada vez más importante. Y entre esas imágenes siempre está la de lo que podríamos haber sido, lo que se traduce inevitablemente en una insatisfacción. Esto repercute especialmente en la familia y la pareja», explicó el realizador canadiense.

Infidelidad
Por ello, la protagonista de esta película rodada en Toronto, convencida de que su matrimonio está condenado a la infidelidad, contratará a una prostituta, Chloe, para seducir a su marido y, al menos, poder controlar todo el proceso sentimental.

Egoyan, por cuyas venas corre sangre armenia que ha alumbrado una exquisita sensibilidad cinematográfica, deja que sus personajes, inicialmente muy consistentes, se vayan corrompiendo poco a poco por un argumento demasiado cercano al folletín. Chloe, en consecuencia, abre con tibieza la competición y se convierte en un título que pasará a la historia por otros motivos, ya que quedó marcado por la tragedia el pasado 18 de marzo, cuando la repentina muerte de Natasha Richardson, esposa de Neeson, paró en seco el rodaje. «Nos afectó a todos profundamente y eso afectó también a la película. Estábamos conmocionados. El volvió poco después del funeral y fue increíblemente emocional que siguiera rodando, teniendo en cuenta el papel y las escenas que tenía que hacer. Nunca podré agradecérselo debidamente», reconoció Egoyan.

El Festival de San Sebastián buscará reinventarse en los próximos ocho días y superar el mal tiempo de una jornada lluviosa. En la competición por la Concha de Oro no habrá tantas celebridades como autores y entre ellos destacan tres directores franceses de renombre -Francois Ozon, Bruno Dumont y Christophe Honoré- así como la representación del nuevo cine español: Isaki Lacuesta, Javier Rebollo y el tándem que forman Antonio Naharro y Alvaro Pastor.