Xavier Benlloch (dcha.), director del Ibiza International Film Festival, durante la fiesta de inauguración de este año..

JULIO HERRANZ

El director del Ibiza International Film Festival (IFF), Xavier Benlloch, reflexiona sobre su tercera edición, que ha resultado un tanto controvertida por los evidentes fallos de organización.

-¿Qué balance haría de esta tercera entrega del festival?

-Hemos conseguido hacerlo en un año muy difícil por las crisis; sin medios, con poco dinero y muchos esfuerzo personal del equipo y de la gente que nos ha apoyado, los voluntarios, que se han portado como leones. Un festival que ha tenido un cierto grado de indiferencia de una parte de la ciudadanía, que es quizás lo que más nos duele, porque no se dan cuenta del esfuerzo que supone. Creo que necesitamos hacer un poco de pedagogía durante el resto del año para que la gente entienda qué significa tener tres película que son estrenos mundiales; por ejemplo.

-¿No cree que deberían hacer algún tipo de autocrítica por esa indiferencia de la gente?

-Aparte de los medios, hace falta crear una cultura. Cuando un festival empieza tiene que hacerse una clientela que va creciendo con los años; y eso lleva un tiempo. El Festival de Málaga, sin ir más lejos, al principio tuvo que llenar las salas con gente del Imserso. Todos los festivales pasan por inicios difíciles. Además, este año hemos tenido que empezar otra vez de cero al tener que trasladarnos a Santa Eulària. Un sitio, sin embargo que nos ha resultado muy útil.

-¿Tiene algo que decir de los llamativos fallos de organización que han habido, como los de la gala de clausura?

-Estamos en lo mismo, es un problema de la falta de medios. Entre la organización y el equipo de voluntarios éramos entre doce y quince personas, que tienen que encargarse del transporte, de las proyecciones... Todo el mundo ha hecho veinte cosas a la vez. Y con el presupuesto más exiguo de todos para la cantidad y calidad de las películas que hemos presentado.

-¿Con qué presupuesto han contado, finalmente?

-Monetario, que aún no hemos recibido, tenemos una ayuda de 30.000 euros del Govern balear a través de Ibatur, y otros 15.000 entre otras instituciones. O sea, unos 45.000; y ya digo, pendientes de cobro.

-¿Solamente? Me parece una cantidad ínfima.

-Tú lo has dicho, es muy poco. El Festival de Huelva, por poner un ejemplo de un festival pequeño, cuenta con un presupuesto de un millón de euros en metálico, más otro medio millón más de empresas que colaboran.

-Si no aumentan los apoyos el próximo año, ¿valdría la pena repetir, considerando el daño de imagen que supone?

-No es por el daño de imagen, que no creo, pues la prensa se ha portado muy bien a nivel nacional e internacional, e incluso local, salvo algunas excepciones; pero todos nos han apoyado mucho, porque saben lo que estamos haciendo. Tenemos un equipo fantástico al que no se le puede pedir una sobrecarga en el esfuerzo que hace si no se implican más las instituciones.

-¿No le parece algo quijotesco seguir con un empeño así en tales condiciones?

-Hay iniciativas que quizás no tienen utilidad inmediata, monetaria, y parezcan, sí, un poco quijotescas, pero sin ellas no seríamos seres humanos.

-Entonces, ¿tendrá continuidad el festival?

-Probablemente; pero dependerá de cómo se desarrollen las cosas en el año y de las posibilidades concretas que tengamos.