J. HERRANZ

El centro cultural de Can Ventosa acoge este fin de semana un cursillo de técnicas interpretativas para alumnos de la Escuela del GAT a cargo de Cristina Rota. Una iniciativa en la que colabora el Ayuntamiento de Eivissa y en la que participan 15 alumnos. «Es una maratón de tres días; una especie de work in progress, y a lo mejor estrenamos y todo. Serán una 20 horas de trabajo y luego les paso el testigo a ellas para que lo sigan», apuntó ayer la reconocida directora y actriz argentina, madre del actor Juan Diego Botto, y responsable de la prestigiosa escuela que tiene en Madrid; acompañada por la directora artística del GAT, Merche Chapí, y su presidenta, Àngels Escandell, buenas amigas y 'cómplices' suyas.

Un cursillo mucho más paritario de lo habitual; y no con chicos, sino con hombres. «Se está dando un fenómeno que creo que se debe a la desesperación. Y es que en momentos de crisis el hombre necesita el refugio del arte. Por eso creo que en Sudamérica hay tanta creatividad, porque así se sublima la desesperación en una catarsis», explicó Cristina Rota.

Sobre la situación actual del cine y el teatro, en su opinión está en un buen momento. «No hay crisis de creatividad; aquí lo que falta es autoestima. La expectativa que crean en el mundo gente como Almodóvar o Amenábar es extraordinaria. Lo que falla no son los creadores, falla la gestión», subrayó Cristina Rota, defendiendo la libertad del artista. «El creador siempre va a expresar lo que piensa y lo que siente. Es un ser comprometido con la realidad que le toca vivir; y eso le supone que a veces, sobre todo en las dictaduras, sea duramente atacado por el poder», precisó.

De su faceta de actriz, ya conocida en Eivissa, se mostró satisfecha de su trabajo con José Luis Gómez o con Lluís Pasqual; así como de un proyecto que tiene en marcha con José María Plaza, «que sale en abril. Pero a la vez estamos preparando la tercera película de nuestro centro, porque hay que promocionar a la gente joven; y algo importante, enseñarles gestión de cine y de teatro; tema del que también damos clases en la Escuela de Madrid».

En cuanto al método que prefiere en sus clases, la directora se mostró partidaria de usar diversas técnicas, según las necesidades específicas «para abrir caminos de comunicación; porque la cultura es una vía de conocimiento». Ya sea vía Stanivslasky, vía Lecoq o usando cualquier otro sistema abierto. «La diferencia con antes es que ahora tenemos más medios y se respeta el derecho a aprender. Formarse para un actor es un derecho que dignifica su carrera, algo que en España todavía no está del todo logrado y tenemos que luchar por conseguir», valoró.