LAURA TUR

Recién llegada de Madrid, la actriz Beatriz Rico, y el director cubano Leonardo de Armas presentaron ayer la película que se proyectó el pasado jueves en la sección oficial del Ibiza Film Festival, Radio Love. Con el entusiasmo propio de empezar a distribuir la película en la isla, la actriz asturiana aseguró: «Creo que el festival de Eivissa siempre trae muy buena suerte a las películas que participan».

Tiempo atrás el director recibió la oferta de realizar el guión y encargarse de la dirección de un proyecto cinematográfico con unas pautas preestablecidas. La historia debía contener un aspecto existencial, chicas, viajes y un amigo gay. Así nació «Radio Love», rodada en Barcelona, Cuba e India, una película que desde sus comienzos supuso todo un rompecabezas para todo el equipo que finalmente ha tenido el orgullo de presentarla en este festival. El propio director define el rodaje del film como «un auténtico parto». Y es que no sólo resultó difícil para De Armas finalizar el proyecto debido a los continuos parones y problemas de financiación sino que el reparto también sufrió cambios a lo largo del rodaje. Según Rico, «desde el principio ha sido una película que nos ha costado sacar adelante. Pero creo que todas las cosas que finalmente salen adelante tras tantos problemas bien valen el esfuerzo que implican».

En la película, Rico interpreta a una locutora que se ve desbancada por una chica más joven. Una analogía perfecta de algo que ocurre en algunas ocasiones en el mundo del espectáculo. Sin embargo, Rico aseguró sin complejos que actualmente tiene «más trabajo que nunca» y que «en el mundo del cine cada vez hay más papeles interesantes para mujeres de cualquier edad y se valora la madurez y la experiencia a pesar de que la moda en cine es sacar a rostros muy jóvenes de la televisión»

Por su parte, el director, Leonardo de Armas, que comenzó su carrera en el mundo de la interpretación como actor de teatro en Cuba y es precisamente por su formación actoral por lo que, según Rico supo establecer un equilibrio perfecto en plató entre la disciplina y el buen humor. «Se nota mucho cuando te dirige un actor porque las órdenes suelen ser muy precisas a pesar de que en esta película nos dejó mucho espacio a la improvisación y mucho espacio para meter mis propios gestos, frases y coletillas lo cual le da una mayor dimensión de realismo al papel porque cuando te fuerzan a ceñirte mucho a un guión el resultado es poco realista y no transmite», añadió.

A pesar de los problemas, todo el equipo aseguró que las aventuras y los buenos momentos durante el rodaje fueron algo constante y que por lo tanto mantenía encendida la llama de la ilusión en el director: «Esta película me ha enseñado que, a pesar de que todas las señales te indiquen que no debes hacer algo, si uno está convencido, siempre hay una salida y que, finalmente, apostar por lo que quieres vale la pena».