Joaquín José Rodríguez, ayer, en el hotel Aguas de Ibiza. Foto: GERMÁN G. LAMA

LAURA TUR

Durante cinco años y medio Joaquín José Martínez estuvo condenado a pena de muerte por el asesinato del hijo de un sheriff de Miami, un crimen que jamás cometió. Memorias de un condenado, la película que se anunció ayer en el IFF refleja el viaje de autodescubrimiento que se vio forzado a emprender este joven mientras permaneció en prisión.

-¿Qué le parece que su experiencia en el corredor de la muerte sea finalmente llevada al cine?

-Cuando salí del corredor tenía mucha ilusión por que se llevase a cabo este proyecto y poder contar la historia, pero poco a poco fui perdiendo la ilusión porque vi a muchas personas interesadas en darle un punto de vista morboso a lo que me pasó en vez de contar mi versión.

-¿Cómo describiría su vida en el corredor?

-Te cambia tanto la vida que te acostumbras a una rutina inosportable. Cada día me levantaba a las cinco de la mañana, sin excepción y comía todos los días a la misma hora. Durante cinco años no ví la lluvia. La oía pero no la podía sentir. Al salir, la primera vez que llovió, lo único que quería era que me cayera toda la lluvia encima. Ahora aprecio absolutamente todo lo que me pasa en la vida y los pequeños detalles.

-¿Cómo fue el encuentro entre el director, Leonardo de Armas, el productor Maximino Martínez y usted?

-Hace dos años yo trabajaba en la empresa de Maximino como traductor y ha sido gracias a él por quien finalmente este proyecto se llevará a cabo. Ellos me dieron la oportunidad de trabajar y también me animaron a llevar mi historia al cine. Después me llevó a conocer a Leonardo de Armas y vimos que era el director ideal para contar una historia tan complicada como esta. Entre Maxi y Leo me convencieron hace casi un año, en el festival de cine de Toronto.

-¿Quien le gustaría que le encarnase en esta película?

-Si pudiera escoger me hubiera gustado que fuera Javier Bardem o Gael García Bernal. Aquí hay muy buenos actores que podrían interpretar el papel. Pero está casi confirmado que el protagonista será Enrique Murciano (Sin Rastro).

-¿Cómo recibió el apoyo de la gente en esos momentos?

-Antes de entrar en el corredor pensaba que tenía muchos amigos. Pero al entrar en prisión los perdí absolutamente a todos. A raíz de eso y viendo el apoyo de los periodistas, algunos de ellos se convirtieron en los verdaderos pilares de mi vida. Ahora no tengo ni un amigo de antes. Los periodistas se volcaron con una pasión absoluta en mi historia y en especial todas las Balears. Recibí muchísimo apoyo desde aquí.

-¿Cuál es el objetivo de esta película?

-Creo que hay mucha gente que necesita que se le cuente esta historia para entenderla y comprender que aún quedan muchos españoles en el mundo que están condenados a muerte. Ellos también se merecen la ayuda y el esfuerzo que se hizo en mi caso. Es muy duro salir del corredor de la muerte. Es casi un milagro y la gente debe entenderlo. La justicia iba a por mí. En un estado como Florida y con mi acusación te ejecutan cuanto antes.

-Puede resultar esclarecedora para mucha gente que desconoce el fondo de la situación penitenciaria en Estados Unidos...

-Con la nueva administración Obama van a cambiar muchas cosas. Ya ha empezado a cambiar, por ejemplo, en Guantánamo. Yo estaba a favor de la pena de muerte antes de entrar al corredor, muy a favor. Había sido educado así y creía en la justicia ciega. Veía en la tele a los presos que llevaban veinte años en el corredor y pensaba 'yo los mataría cuanto antes'. Así era yo antes. En la escuela te enseñan que la muerte es la solución a toda la criminalidad que se genera en Estados Unidos. Y esta rueda de odio, intereses económicos y venganza debe parar. Espero ver en vida el fin de la pena de muerte.