Arriba, Baltasar Porcel. Izquierda, Antoni Planas, ayer durante su charla en Vila. Foto: GERMÁN G. LAMA

JULIO HERRANZ

El periodista y escritor mallorquín Antoni Planas ofreció ayer en la Extensión Universitaria de Eivissa una conferencia sobre La primavera i la tardor de Baltasar Porcel. Una vida de literatura. La primera de un ciclo de tres que se ofrecen en tres miércoles sucesivos (19,30 horas), dentro del programa que el Govern ha organizado para promover la lectura del autor mallorquín, elegido L'escriptor de l'any de 2009 en Balears. Las otras dos charlas versarán sobre Els dos primers periódes novel·lístics de Baltasar Porcel, por Carles Cabrera (día 11), y L'obra periodística i assagística de Baltasar Porcel, por Damià Pons (día 18).

Planas explicó ayer a este periódico que el título de su conferencia (tomado, en singular, de una obra de Porcel) alude a que «es un recorrido biográfico a través de su obra para mostrar de qué manera su trayectoria vital ha influido en su desarrollo como escritor». Un autor que es el único de las Islas «que se gana la vida con la escritura; en diferentes campos: teatro, novela, ensayo, ensayo histórico y, sobre todo, con el periodismo», precisó Planas, autor del libro Baltasar Porcel: la novel·la de la vida.

En su exposición, Planas sólo se centró la novela y el teatro, «que es como una prolongación de la novela». Un recorrido que empieza en los 50 en su Andratx natal, «sus años de juventud, cuando se encuentra aislado y sólo escribe de lo que tiene en su entorno. Un mundo con un gran imaginario, porque muchos de sus habitantes viajaron a Cuba y volvieron contando historias fantasiosas; y en el que hay mucho contrabando. Mundo sobre el que Porcel escribe creando lo que se conoce como el mito de Andratx», precisó el conferenciante.

Cuando en 1960 el autor de El cor del senglar va a vivir a Palma, «se ve involucrado en un mundo cristiano, siendo miembro de una asociación católica con la que hace teatro y excursiones. Un mundo existencialista en el que inicia una línea novelística». En los 80, «Baltasar Porcel empieza a viajar por Europa, Chile y Estados Unidos, abriendo otra línea literaria, novelas con el mundo por escenario». Y también otra línea importante, «la del mito de Barcelona, con esta ciudad por escenario y en la que la memoria de su infancia es sustituida por la realidad en la que vive».

En cuanto al episodio del cáncer, del que salió con fortuna, Planas señaló que, como el propio Baltasar Porcel ha explicado muchas veces, «le ha convertido en más humano, aunque sea un poco cruel decirlo. Llega a estar al borde de la muerte, y mientras está convaleciente escribe; y creo que la novela (Cada castells i totes les ombres) se llena de vida, de vitalidad; en sus personajes, en la ciudad, en todo. Al leerla se le nota mucho las ganas que tiene de vivir», concluyó el ponente.