El actor estadounidense John Malkovich durante la rueda de prensa que ha ofrecido hoy en San Sebastián, donde ha presentado la película «Quemar después de leer» (Burn after reading), una comedia de los hermanos Coen.Robert Downey Jr., ayer, en la ciudad vasca.

El peligro de los sueños y el tonto que todos llevamos dentro son los puntos sobre los que se asienta Quemar después de leer, la comedia de los hermanos Coen presentada ayer en el Festival de San Sebastián por un John Malkovich sorprendido de la cálida acogida del público.

La película de los Coen es una enorme sátira sobre las películas de espías con unos grandes actores/payasos de protagonistas: Malkovick, George Clooney, Frances MacDormand o Brad Pitt, que son capaces de autoparodiarse sin el menor complejo. Es el caso de Malkovich, para quien es fácil encontrar al idiota que lleva dentro porque «es mi sombra», asegura no sin cierta ironía en un encuentro con un reducido grupo de periodistas.

Los hermanos Coen «escribieron el papel de un idiota pensando en todos, porque todo el mundo tiene un idiota dentro, que además va creciendo». Quemar después de leer ha llegado a San Sebastián, donde se exhibe dentro de la sección 'Zabaltegui. Perlas de otros festivales', avalada por el éxito cosechado en Venecia y Toronto y en su primer pase Malkovich se llevó una enorme ovación. «Siempre me sorprende el que la gente no me tire cosas», afirmó el actor con una media sonrisa para añadir que el público de San Sebastián es el más cálido que ha encontrado en mucho tiempo.

Extremadamente tímido y escondiendo esa timidez bajo una chaqueta de chillones colores, Malkovich se mostró contento de estar en San Sebastián para promocionar una película en la que ha estado encantado de trabajar ya que siempre ha admirado el trabajo de Joel y Ethan Coen, a quienes calificó de «tremendamente brillantes e inteligentes». Tras leer el guión, cuyo papel fue escrito expresamente para él, aceptó inmediatamente el proyecto ya que también quería trabajar con los otros actores implicados. El resultado es una comedia sobre el peligro de los sueños, en opinión de Malkovich, y que muestra que hay mucha gente en el mundo «que son tan estúpidos como para no ver lo tontos que son».

El festival también contó con la presencia ayer del francés Christophe Honoré, quien traslada el ideal de amor romántico del siglo XVII a un instituto francés en La belle personne, cinta que compite en la Sección Oficial del Festival junto a la nueva propuesta del británico Michael Winterbottom, el drama familiar Genova. En la ciudad italiana de Génova se encuentra el limbo emocional de un padre y sus dos hijas, que abandonan Estados Unidos para iniciar una nueva vida tras la muerte en accidente de tráfico de la madre de la familia en este drama de Winterbottom hecho de cotidianeidad y «sin hechos grandiosos con los que adornarlo», explicó ayer el cineasta, habitual de este certamen.

Fuera de concurso pudo verse Tropic Thunder, dirigida por Ben Stiller y protagonizada por él mismo y por Robert Downey Jr. «A veces hacer películas es casi ridículo, sobre todo si se tiene mucho presupuesto», reconoció Ben Stiller, quien aseguró que no tiene nada en contra de Hollywood ni de su industria e indicó que el germen de la historia (un grupo de actores que intenta rodar una superproducción sobre la guerra de Vietnam) surgió hace muchos años mientras veía El imperio del sol de Steven Spielberg.