Javier Bardem recogió ayer en San Sebastián de manos del ministro de Cultura, César Antonio Molina, el Premio Nacional de Cinematografía, «un galardón que tomo para entregárselo a toda la gente de la profesión a la que debo tanto y rindo pleitesía», apuntó el oscarizado actor canario, protagonista junto a Antonio Banderas de la segunda jornada del Festival de San Sebastián. Y es que el actor malagueño recibió en la noche y de manos de Pedro Almodóvar y del director del festival uno de los dos Premios Donosti. El segundo lo recibirá el próximo día 26 la actriz Meryl Streep.
Bardem anunció que la dotación económica de 30.000 euros que acompaña al premio irá destinada al pueblo saharaui, «con el que se tiene una deuda de memoria histórica»; al fondo asistencial de la Fundación AISGE, «para honrar a nuestros mayores en esta profesión», apuntó; y al proyecto de investigación y desarrollo del arte interpretativo que prepara con Juan Carlos Corazza.
El Premio Nacional de Cinematografía, concedido por el Ministerio de Cultura, reconoce en esta ocasión la labor profesional de Bardem, integrante de una estirpe de grandes actores que basan su profesión en «un duro trabajo, que nace del rigor y del entrenamiento y de la preparación a fondo del personaje», según dijo Molina.
Por su parte, Antonio Banderas, quien en la mañana se fundió en un cariñoso abrazo con Bardem, aseguró en la rueda de prensa previa a la entrega del Premio Donosti: «Tengo la impresión de que me entregan el premio por haber apartado o derribado muros que parecían imposibles de saltar», precisó el actor, quien celebró ayer con Almodóvar los 26 años transcurridos del estreno de Laberintos de pasión.
Banderas, que reconoció que admira y es buen amigo de Bardem, recordó cómo llegó a San Sebastián con 350 pesetas en el bolsillo y cómo ahora es una 'estrella' que piensa «trabajar menos y con más calidad». «Busco hacer un cine más reflexivo y profundo», alegó el actor, quien reconoció que con sus primeros pasos como actos en Estados Unidos intentó construir una carrera con los papeles que le iban ofreciendo.
Entre sus proyectos, Banderas destacó su gran implicación en el guión de una película sobre Boabdil, el último rey nazarí de Granada y quien la entregó a los Reyes Católicos que está escribiendo junto a Antonio Soler y para la que tendrá que buscar financiación privada, subvenciones públicas e incluso capital extranjero, porque va a ser una película «muy cara y compleja». En ella intentará mostrar la confrontación entre Occidente y Oriente y aprovechar ciertas «sensibilidades» para reflejar aspectos de la actualidad y demostrar que «no somos enemigos de nadie», concluyó el actor.
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