AGENCIAS

The wrestler, el último trabajo del director neoyorquino Darren Arofnosky con Mickey Rourke en el papel protagonista, recibió ayer el León de Oro a la mejor película de la Mostra de Venecia, una decisión que une por una vez las opiniones del jurado, la crítica y el público. En efecto, no suele ser habitual tal coincidencia cuando hay veintiuna películas en competición y los criterios son tan dispares como personas ven la película. En palabras del cineasta iraní Abbas Kiarostami, que pasó por esta Muestra, «la película es la misma para todos, pero cada uno ve la suya».

La película muestra a Randy Robinson, un luchador al final de su carrera profesional, cuando se sube a cuadriláteros de tercera categoría y vive su propia decadencia. Al recibir el premio de manos Wenders, Arofnosky agradeció que el jurado haya seleccionado esta película, que él calificó de «menor» por el presupuesto, ya que aseguró que el León de Oro de Venecia hará que la vea mucha más gente. Desde luego, Wenders y el resto del jurado no podía permitirse el lujo de premiar algunas de las películas que han pasado por el festival y que sólo han gustado a unos pocos críticos, pero que son imposibles de exhibir en una sala.

Sobre la interpretación de Rourke, Wenders destacó que «llegaba al corazón», una forma de decir que le habría dado la Copa Volpi al mejor actor si no se la hubieran tenido que dar a un italiano, Silvio Orlando, por su papel en Il papa de Giovanna. En definitiva, la salida menos deshonrosa para el jurado ha sido dar un premio a una película italiana, en un festival que ha presentado a concurso cuatro filmes de una producción nacional que, pese a todo, ha sido la gran derrotada, ya que sólo ha recibido ese galardón de entre los importantes.

Mejor director

El jurado sí dio su particular premio, es decir, uno que no comparte con el público y tan sólo con una parte de la crítica, cuando otorgó el León de Plata a la mejor dirección al ruso Aleksei German Jr. por Bumaznyj Soldat. La película cuenta la vida del médico Daniel Pokrovsky, encargado de designar los astronautas que viajarán en el primer vuelo tripulado al espacio, una decisión que se le hace insoportable porque está convencido de que no regresarán. Según explicó German, el filme pretendía hablar de «las fuerzas vitales de la muerte, la vida y el amor», pero en realidad lo que mejor describe es el aburrimiento en la Unión Soviética.

Otro premio del jurado, la mención especial, fue para Teza, una película que también ha gustado a crítica y público, y en la que el etíope Haile Gerima se rebela contra la ignorancia, madre de todos los males del mundo, en general, y de Àfrica, en particular. El palmarés de la competición se completó con la Copa Volpi a la mejor actriz para Dominique Blanc por su interpretación en L'Autre, de Patrick Mario Bernard y Pierre Trividic, una complicada película en la que interpreta a una mujer con un desdoblamiento de personalidad. Fuera de los galardones importantes se han quedado otros como The burning plain de Guillermo Arriaga o Gake no Ue no Ponyo, de Hayao Miyazaki, pero es que al final el jurado no puede contentar a todos.