Gustavo Dudamel, el ex-alumno más prestigioso del 'Sistema', dirigiendo en 2007 una de las agrupaciones.

El Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela (FESNOJIV) obtuvo ayer el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2008 por combinar «la máxima calidad artística» con «una profunda convicción ética» desde la confianza «en el valor educativo de la música para la dignidad del ser humano», según el jurado. Esta fundación, conocida como «El Sistema», agrupa una red de 250 formaciones musicales integradas por niños y jóvenes, que nació con el objetivo de afrontar una reforma integral de la educación musical en Venezuela, y en el que ya han colaborado músicos como Daniel Barenboim, Simon Rattle o Claudio Abbado.

Cientos de miles de jóvenes y niños, muchos de ellos con riesgo de exclusión social y problemas económicos, participan en esta red a la que arrastran a familiares y amigos y la convierten, además de en germen de grandes figuras e intérpretes, en un laboratorio de nuevos públicos que viven la música clásica como un fenómeno popular. Una organización que ha traspasado fronteras desde su creación hace más de 30 años por el compositor y economista José Antonio Abreu.

«El Sistema» es «como un remolino, en el que participan cada vez más y más jóvenes y niños, cuya ambición es llegar a involucrar a un millón de chavales», comentaba en su reciente visita a Madrid Gustavo Dudamel, el nombres más prestigioso surgido del proyecto galardonado, quien no piensa abandonar Venezuela por su fuerte vinculación emocional con el programa, aunque ya dirige la Sinfónica de Gotemburgo y la Orquesta Filarmónica de Los Angeles.

Para los miembros del jurado, el galardón aúna la ética y la excelencia artística y, según el cineasta José Luis Garci, «es una idea maravillosa cambiar la pistola por un violín», mientras que la periodista Beatriz Pécker consideró que une los méritos musicales con «ese lado del arte como transformador de la sociedad». El director de la Orquesta Sinfónica del Principado (OSPA), Max Valdés, se mostró satisfecho con la distinción a una iniciativa que, recordó, «vio nacer» y que tiene un carácter «único en el mundo» hasta convertirse «en un modelo para todos». Para el director de Clásicos Populares de RNE, Fernando Argenta, se trata de un proyecto «utópico» que saca a niños de la pobreza y la delincuencia para tocar música «con una pasión y una disciplina ejemplar que hace que aún se pueda creer en la humanidad».

Al prestigioso premio optaban 28 candidaturas procedentes de quince países y a las últimas rondas de votaciones llegaron también las del arquitecto japonés Tadao Ando y el compositor francés Pierre Boulez. El de las Artes es el primero de los ocho Premios Príncipe de Asturias que se falla en la edición de 2008, dotados todos ellos con 50.000 euros y la reproducción de una estatuilla de Joan Miró.