J. HERRANZ El Museu Monogràfic del Puig des Molins acogió ayer la presentación, a cargo de María José López Grande, del libro El dios Bes: de Egipto a Ibiza, de Francisca Velázquez Brieva, doctora en Arqueología por la Universidad Autónoma de Madrid. A continuación, la autora del trabajo, publicado en la colección del Museu Arqueològic, ofreció una conferencia sobre El dios Bes y su relación con Ibiza.

Antes de su charla, Velázquez explicó a este periódico que Bes era un dios egipcio cuya evolución, que duró dos mil años, comienza en el Reino Medio. «Su iconografía pasa de un aspecto leonino hasta, prácticamente, un aspecto enanoide; y luego, de enano con máscara», apuntó.

Un dios al que se dirigían las mujeres que querían concebir. «Era un dios del hogar. Con dos vertientes: todo lo que lleva el proceso del nacimiento, y una fuerte relación con las serpientes, como protección a los niños pequeños, pues en Egipto hay muchas serpientes. El dios de las cosas cotidianas, e intercesor ante los grandes dioses, como la diosa Athor», precisó la doctora Velázquez Brieva.

Una imagen que no se corresponde con la opinión popular que se tiene de él en Eivissa, donde peca más bien de sátiro. «Lo que pasa es que Bes es un dios con muchos siglos de historia y va evolucionando. Y en la época greco-romana sí se convierte un poco en ese aspecto más erótico; pero más bien derivado de todo lo relativo con la concepción y el embarazo».

En cuanto a la llegada a la isla del culto a Bes, «de momento no se han encontrado huellas suyas en épocas fenicias, sino púnicas. Los primeros restos son de finales del siglo V a.C. y de principios del siglo IV. Aunque eso no quiere decir que no estuviera antes. Sabemos que sale muy pronto de Egipto y sigue un recorrido que le lleva por la costa sirio-palestina, Chipre, Sicilia, Cerdeña, Cartago, Eivissa, la costa levantina... Es un dios muy documentado en Egipto; pero en el mundo púnico tenemos que hacer bastantes suposiciones», aseguró la arqueóloga.