PEP TUR Dos amigos, una época en común con el artista y el deseo de recrear los momentos vividos juntos. Todo ello se unió en la mente de Àngel Masip a la hora de abordar Thomas & Wiebke, la exposición que ayer por la tarde inauguró en la sala de cultura de Sa Nostra de Eivissa.

Ganador de la convocatoria de ayudas a la creación artística de la caja de ahorros balear, Masip pudo dedicarse en cuerpo y alma a este proyecto, «que habla de la memoria, de la que se captura en las imágenes que configuran nuestra vida». Para ello, en una esquina de la sala ibicenca se unen en una peculiar combinación una serie de paisajes en los que el óleo se complementa con otras técnicas, como sprays o plantillas. Así, el aura «romántica», como la define el autor, atrapada en el concepto de las obras llega a la contemporaneidad a través de su combinación y ejecución. «Hay cierta conexión con el romanticismo del XIX, pero no sirve de nada hacer siempre lo mismo. A partir de un punto hay que investigar», explica Masip.

Las piezas, realizadas entre el pasado año y este 2007, están basadas en una serie de fotografías tomadas junto a sus amigos Thomas y Wiebke, «pero lo relevante no es que sean una traducción pictórica de las fotografías, sino que fueron momentos que compartimos, y eso es lo que busco recrear, el momento y no la imagen», remarca el artista.

Porque la figuración no ha sido el vocabulario que ha usado siempre Masip. Anteriormente, reconoce una tendencia a la abstracción, pero que poco a poco fue derivando «hacia entornos más orgánicos». «Ha habido un proceso de depuración hacia el modo de expresarme en la pintura -reflexiona Masip-, he intentado retirar el ruido y el proceso seguirá depurándose». En este sentido, tiene muy claro el agradecimiento que le debe a la ayuda otorgada por Sa Nostra, ya que ésta le ha permitido «tener la posibilidad de hacer lo que realmente quería».

A lo largo de su carrera, Masip ha logrado diversas becas, así como diversos premios de pintura. Ante la cuestión de si ése es el camino para abrirse paso para un artista joven, Masip considera que «no es una buena salida, aunque tal vez sea la única». «Con las becas hay que cumplir unas fechas y unas expectativas, además tienen unos parámetros que te condicionan». Y todo esto en una época en la que se asegura que la pintura «está en auge». Aunque la situación actual de un artista joven, en lo económico, puede definirse en una sentencia de Masip: «Si no amara tanto mi trabajo sería imposible seguir pintando». .