JULIO HERRANZ Ha tardado Pedro Hormigo en decidirse en presentar su primera exposición individual, algo que sus seguidores esperaban hace tiempo; máxime, por haber tenido incluso un espacio propio para hacerlo en Sant Rafel, en donde (junto a Julio Bauzá) llevó una galería de vida efímera. «He tenido ofertas de muchos sitios; pero quería que mi primera individual fuera en una galería y que me gustase. La Berri para mí es ideal; Gastón me cae muy bien, me gusta como personaje, como profesional y cómo trata a mi tío (el escultor Antonio Hormigo). Además, es un espacio asequible para el tamaño de las piezas que presento, más bien pequeñas», explicó ayer a este periódico.

Para la importante ocasión Pedro Hormigo ha seleccionado 19 piezas. «Todas en bronce y la mayoría son únicas; no existen copias ni moldes de ellas. Como complemento incluyo tres de molde y el busto de un amigo. Quería también llevar el de Antonio; lo fundí hace unos días y no quedó bien, lo tengo que repetir», detalló el escultor, añadiendo que la temática de inspiración de las obras es variada. «Hay alguna pieza de crítica política, como El mundo según Bush, que representa un águila americana atacando a la humanidad con su criminal política preventiva y ese futuro incierto que nos propone. Otras son de temática social, o incluso alguna tiene un cariz religioso, no en el sentido tradicional, sino en el de canalización de la energía de un deseo. Todas son figurativas y dentro de mi línea: cabezas, caras y tal, combinaciones de piezas que hacen algo o jugando con el positivo y el negativo del vacío».

Piezas hechas por el joven escultor de Sant Antoni (36 años) a lo largo del último lustro. «Es una selección de pequeños estudios que iba guardando para cuando hiciera mi primera exposición individual; pero se me colapsó una estantería y perdí un montón de material; así que elegí las que más me gustaban para presentarlas en público», precisó.

La exposición de Pedro Hormigo en Sant Agustí marcará un punto de inflexión en su trayectoria profesional, pues con ella quiere proyectarse a otros horizontes. «Esa es también un poco la intención de la muestra. Como no tenía obra acumulada, no podía moverme fuera. Pero a partir de ahora podré abrirme al exterior, incluso a través de internet, claro; porque tendré ya piezas para vender, algo que antes no resultaba nada fácil al no tener taller propio. Bueno, a veces utilizaba el de Julio Bauzá, que siempre me ofrecía su taller para que fundiera allí, pero sólo lo hacía si tenía una urgencia de entregar alguna pieza de encargo o algo personal muy concreto».

Las expectativas de venta de las esculturas que presenta en la galería Berri son limitadas. «Aunque yo las considere barata, porque son piezas únicas en bronce y con mucho trabajo detrás, entiendo que no son fáciles de vender en una semana de exposición y ya fuera de temporada. Salgan las que salgan, maravilloso, porque me hace falta dinero. Tengo que poner la luz en el taller e invertir en material, que compró en Barcelona. Pero si no vendo tampoco es un drama».

En cuanto a encargos institucionales (hizo el monumento a los salineros; entre otros), «no tengo nada en cartera, pero estoy abierto a las propuestas que vengan». Mientras, tiene en mente «una idea para Vila. Primero quiero desarrollarla y luego veré si quiere comprarla alguna administración», apuntó Pedro Hormigo, algo remiso a revelar de qué se trata, aunque al final accediera a contar de qué iba la historia: «Es un proyecto que está inspirado en las terracotas púnicas que hacía los ciudadanos que fundaron la ciudad de Eivissa». ¿Como las piezas de Daifa pero en bronce? «No exactamente, pero la cosa va por ahí. Sus figuras son abstractada y las que yo busco son de una época en la que se tenía ya un concepto de arte muy concreto, más impresionista que realista. Pero vamos, es un proyecto a largo plazo», aseguró el escultor de Portmany.

4Inauguración. Sábado 3, a las 20'00 horas. Galería Berri, Sant Agusti. La exposición estará abierta hasta el día 10.