Imagen de la inauguración, junto al cuadro de Antonio Gisbert. A la derecha, imagen de una escultura en una de las nuevas salas del museo.

AGENCIAS x MADRID
Los Reyes, los príncipes de Asturias y el presidente del Gobierno, acompañados de otras autoridades, inauguraron ayer la ampliación del Museo del Prado en un acto en que tanto el rey don Juan Carlos como José Luis Rodríguez Zapatero resaltaron el consenso político alcanzado en la ampliación y modernización del museo. Mientras Zapatero recalcó que «nada como la cultura integra hoy más a las sociedades». Por su parte, el Rey aprovechó su discurso para ensalzar el orgullo de sentirse español «por nuestro patrimonio artístico y cultural, que representa el Museo del Prado y contribuye a identificarnos como gran nación». El monarca recordó, además, que la ampliación tuvo «el debido refrendo de representantes políticos en torno al pacto parlamentario de 1995, sin el que difícilmente podrían haber culminado las obras» inauguradas hoy.

Por su parte, José Luis Rodríguez Zapatero ensalzó el «gran consenso» tanto político como social y entre los diferentes directores del Prado como ingrediente fundamental para lograr esta ampliación de la superficie del museo. Además, destacó que «nada como la cultura integra hoy más a las sociedades», por lo que hoy fue un «gran día para España y para todos los que aman el arte».

El acto de inauguración contó con la presencia de las personalidades más importantes del país ya que.
Esta nueva ampliación de 22.000 metros cuadrados supone para aumentar en un 50% la capacidad del museo, que a partir de ahora podrá exponer al público unos 400 cuadros más. Pero además del espacio, la ampliación dota al museo de más luz natural de la que recibía hasta ahora.

El arquitecto encargado de llevar a cabo la obra, Rafael Moneo, incorpora en el piso superior de la ampliación el remozado claustro del siglo XVI de la iglesia de los Jerónimos, combinándolo con el aspecto moderno del resto del Museo.

Así, después de la ampliación hubo que trasladar multitud de obras que, debido a sus grandes dimensiones necesitaban 10 personas para conseguir moverlas con suma delicadeza. Ahora, el museo sí cuenta con las condiciones para exponer las obras con todo su efecto dramático, recuperando «el papel moderno» que tenía hace dos siglos, cuando se creó.