J. HERRANZ Nito Verdera acaba de publicar Cristóbal Colón. El libro de las falacias y relación de cuatro verdades. Una obra fruto de sus nuevas investigaciones en torno a la figura del descubridor de América, que será presentada el 4 de octubre en Madrid y el 10 del mismo mes en Barcelona.

-¿Qué aporta este nuevo libro sobre la figura de Colón?
-Es una puesta al día muy cuidada de lo publicado en libros anteriores, con todos los nuevos elementos investigados y contrastados hasta la fecha, incluyendo los estudios del ADN de los Colón. Quiero resaltar que se han utilizado las ponencias presentadas en el simposio celebrado en Eivissa en abril de 2006, unas jornadas dedicadas exclusivamente a la lengua materna de Colón. Me refiero a las investigaciones de la profesora Estelle Irizarry, que durante 25 años ha sido titular del Departamento de Español de la Universidad de Georgetown. Al mismo tiempo, la Prof. Irizarry presentó estudio sobre El libro de las profecías de Colón, en el que localizó prosa poética utilizada por el Almirante y, también, que Colón introdujo a su hijo Hernando en el judaísmo. Por otra parte, la ponencia del profesor alicantino David Garrido y Valls, centrada en la escritura de Colón, demostró que el genial navegante utilizada la gótica cursiva de la Corona de Aragón con alguna influencia de la zona de Marsella. Por si fuera poco, David Garrido y Valls puso de relieve que la escritura de Cristóbal Colón nada tiene que ver con la de Castilla ni de Italia. Naturalmente, también uso mis propias investigaciones sobre los escritos de Colón. Y por su fuera poco, en mi nuevo libro se trata con detenimiento la falacia del 'Colón italiano'. Resumiendo, certifico que Colón desconocía. Jamás escribió en italiano. Por añadidura, los estudios antropológicos realizados por el Dr. Miguel C. Botella llevan a la conclusión de que Colón era más viejo que el candidato de Génova. En suma, creo que he borrado del mapa el supuesto origen italiano de Colón. Otras falacias confirmadas son las del Colón portugués o gallego, por la sencilla razón de que la lingüística y la filología han certificado plenamente que el almirante no tenía como lenguas maternas ni el portugués, ni el gallego. -¿Ha tocado fondo o cree que aún falta mucho por conocer del tema?
-No he tocado fondo ni mucho menos. Piense que del Arxiu Històric d'Eivissa, que se conserva en el Ayuntamiento de la capital insular, falta muchísima documentación del siglo XV. Un hecho que me impide, por ahora, seguir el rastro de los poderosos Colom, políticos y comerciantes. Sólo conocemos, por las cartas reales, nombres y cargos que tenían los Colom de Dalt Vila. Y luego se acabó. Lo mismo ocurre en el Archivo Notarial, que se inicia en el siglo XVII. Sabemos los nombres de los notarios que había ya en los siglos XIII y XIV y de una manera digamos, que extraña, desaparecen todos los protocolos notariales. El gran historiador Joan Marí Cardona (EPD) los buscó en Barcelona, Tarragona y Mallorca, y nada. Otros temas a investigar más son las palabras que del catalán de Eivissa utilizaba Colón, al igual que he profundizar en el tema de los topónimos; es decir, los nombres de lugar que Colón trasladó desde las Pitiusas al Caribe y para ello me basaré en fotografías obtenidas desde satélites artificiales y en imágenes directas, siempre que sea posible. -¿Por proximidad, cree que el lector mallorquín puede ofenderse por negar que Colón fuera de esa isla?
-De ninguna manera. Está probado que Cristóbal Colón no era hijo natural del Príncipe de Viana y de una mallorquina de Felanitx. En realidad, el Príncipe dejó embarazada a Margarita Panormitana, natural de Palermo (Sicilia), que era sobrina de fray Luigi de Luchesi. Además, si Colón hubiera sido el mallorquín que nos cuentan solamente habría vivido 46 años mientras que el Descubridor de América, y lo ha certificado el Dr. Miguel Botella, Colón falleció a los 60 años de edad. En suma, quiero añadir que los mallorquines no han de sentirse ofendidos, sino que deberían estar orgullosos de que el Almirante tenga su origen en Balears, aunque haya sido en Eivissa.

-¿Qué reacciones espera sobre su nuevo libro?
Dependerá del eco que las próximas presentaciones del libro tengan en Madrid y en Barcelona. No soy muy optimista porque los historiadores oficiales siguen apostando por el 'Colón italiano'. Y en Barcelona, ahora que no en el Principado no tienen candidato, habrá qué ver si los investigadores apoyan mis trabajos.

-¿Una curiosidad personal, Colón le cuesta dinero?
Mucho. Viajar es caro y yo lo hago con frecuencia para investigar en archivos de la Península y de Estados Unidos. Como este último libro es auto editado, me ha costado más de 12.000 euros. Ahora bien, si se vende en Eivissa, si mis amigos y conocidos lo compran, podré recuperar la inversión. Y gracias.

-¿Organizará algún otro congreso sobre el Almirante?
La verdad es que no lo sé. Material nuevo para un segundo simposio sobre la lengua materna de Colón lo hay. En ello estoy trabajando con la profesora Este Irizarry. Quizá podríamos pensar en el 2008. Veremos.