S. B. La escultora francesa Caroline inaugura esta noche a las 20'00 horas en la galería Marta Torres su última colección. La muestra está constituida por un total de 30 terracotas de gran tamaño, la mayoría de las cuales son desnudos femeninos. La exposición podrá ser visitada hasta el 20 de septiembre.

El desnudo es, para Caroline, una manera de despojarse de las convenciones sociales para ponerse al frente de sus esculturas, «es una visión inocente pero animal del ser humano», afirma. La artista francesa trabaja siempre con modelos, pues no concibe la escultura a través de la imaginación ni de una fotografía. En sesiones de 3 horas, dos o tres veces por semana, Caroline reproduce a sus modelos en barro en un intercambio dialéctico entre modelo y artista, lo que ella denomina «momentos entre paréntesis», pues se crea un espacio íntimo de reflexión artística entre ambos.

En la muestra, sin embargo, no todas las esculturas serán de desnudos. Pájaros, sillas y otros animales o muebles forman parte de la exposición. La escultora reconoce que no hay detrás de ellos ningún significado simbólico sino, simplemente, reflejos de la realidad a través de sus ojos y su arte.

Caroline describe su concepción de la escultura como «una puesta en evidencia en la sombra y la luz; la tierra se vuelve modo de comunicación». La escultora considera que el arte es no sólo un canal de comunicación del autor con el público, sino también «una manera de exprimir energías y emociones».

Caroline ha expuesto sus esculturas en Barcelona, Alemania y Francia, si bien ha residido toda su vida en Eivissa, donde se ha dedicado a cultivar su escultura «hecha a mano, pero también con el espíritu».