El irlandés Kevin Sharkey. Foto: MARCO TORRES

SANTI BONNIN El artista plástico irlandés Kevin Sharkey expondrá en el hotel Hacienda de Sant Miquel sus últimas pinturas, una colección de 16 obras inspiradas en esta lugar de la isla. La muestra se inaugurará el próximo viernes 17 a las 19'00 horas y podrá ser visitada todos los días de la semana hasta el domingo 26. Un total de 16 cuadros de gran tamaño componen esta exposición abstracta y rebosante de color.

Sharkey ha tenido ocasión de empaparse del ambiente ibicenco, puesto que está viviendo en la isla desde hace cuatro años. Y es que la relación del artista con Eivissa puede considerarse un flechazo en toda regla: «La primera vez que vine a Eivissa tenía sólo 18 años y quedé completamente enamorado de ella», afirma. No es la primera vez que el pintor irlandés expone en Eivissa; lo había hecho ya en anteriores ocasiones en el hostal El Parque, el Bar Anita y La Maison de l'Elephant, además del estudio que Sharkey tiene en Sant Mateu, que los interesados pueden visitar previa cita.

El pintor irlandés ha consagrado toda su vida al arte y ha conseguido un notable reconocimiento de la crítica de su país de origen, en el que tiene dos galerías de arte, además de una tercera en Londres y el estudio en Sant Mateu antes mencionado. Sharkey, además, ha expuesto su obra en países de todo el mundo, entre ellos EE.UU., Italia, Alemania y Japón. Los viajes del artista son, de hecho, una de sus fuentes de inspiración, pues construye su universo personal a partir de las diferentes culturas, paisajes y lugares que conoce.

Las pinturas y esculturas de Sharkey son un arte visceral, procedente de lo más profundo del alma: «Para mí el arte es como el sexo. No debe pensarse, no debe planearse, sólo hay que hacerlo, es el momento y nada más», afirma el pintor. De hecho, asegura dedicarse a sus obras de noche y con poca luz, para compensar la viveza de sus colores. «Al cabo de un tiempo, cuando vuelvo a observarlas, es como si ya no fuesen mías», reconoce el artista, «se ha creado una distancia sobrecogedora», concluye.

Eivissa ha sido una fuerte inspiración para Sharkey, en todas sus facetas: «Me encanta la isla, me gusta todo de ella, incluso lo que a la mayoría le desagrada, como los atascos: para mí forma parte de un todo orgánico e indivisible que me tiene cautivado», asegura.